viernes, 29 de junio de 2012

‘Martinelli me dijo que debía salir de Panamá’
Neir Carrasco Kerekes | Enviada especial a Roma
 
Valter Lavitola declaró ayer por tercera vez desde la cárcel por los supuestos sobornos. La Corte italiana confirmó su arresto en otra causa
 
Valter Lavitola
  
El sol se escondió ayer en Nápoles, pero el bullicio citadino del que nunca escapa fue el sonido de fondo con el que Valter Lavitola declaró otra vez ante los fiscales que investigan la causa.

Una vez más, con el objetivo de desentrañar la maraña de contradicciones que observaron en las 18 horas de interrogatorio a Lavitola. Algo que observan también los periodistas italianos.

El consejero del expremier Silvio Berlusconi que fue el contacto con el Palacio de las Garzas en Panamá, volvió a negar los sobornos y contó que el presidente Ricardo Martinelli le aconsejó que se fuera de Panamá, donde estaba escondido de la Justicia Italiana: ‘Un día me llama el presidente (Martinelli) y me dice ‘Valter, usted tiene que salir, aquí están montando un escándalo, debes irte’. Al día siguiente me fui a Río’.
 
Lo hizo desde la cárcel, donde está por otra causa (supuesta extorsión contra Berlusconi), en la que ayer la Corte Suprema de Justicia de Italia lo confirmó por inducir a un testigo a dar falso testimonio.

Algunos tramos del total de las conversaciones de Lavitola con los fiscales encajan con las declaraciones de Mauro Velocci, como el dato del helicóptero que regalaría Angelo Capriotti al presidente Ricardo Martinelli. Por eso los fiscales lo citaron de nuevo ayer: quieren armar un rompecabezas que, hasta ahora, no puede leerse bien.

Hasta el momento la fiscalía solo cuenta con los testimonios de Mauro Velocci, exdirectivo de la empresa Svemark y de Valter Lavitola. Además de las pruebas obtenidas en las computadoras de ambos, confiscadas por las autoridades.

Velocci confirmó los sobornos: ‘Cuando se cerró el acuerdo con Méndez era por 23 mil dólares por cada preso.

Hubo una reunión entre Lavitola y la Ministra, donde se acordó que el precio fuese 27 mil dólares. Yo estaba feliz porque para mí era ganancia, pero al salir de la reunión Lavitola me aclaró que esos 4 mil dólares por preso de más eran para el Gobierno’ (ver recuadro).

Con la cantidad de hojas que se acumulan en la Polizia Tributaria de la Guarda de Finanza sobre el país, Panamá no está en el mapa para los italianos y aún después del escándalo que ha sacudido los cimientos del Palacio de las Garzas en el que se vincula al presidente Martinelli de supuestamente haber recibido sobornos de una empresa italiana, sigue siendo casi desconocida: ‘No se habla mucho del caso de Panamá en los medios, solo de la visita que hizo el ministro José Raúl Mulino a las autoridades y ya’, cuenta Francesca Biagiotti, periodista de la televisora italiana La 7. Biagiotti sigue de cerca el caso Lavitola y asegura que la vinculación de Panamá a las acusaciones contra Lavitola ‘no han tomado relevancia’.

Tal vez eso explica el desconocimiento generalizado sobre nuestra ubicación entre los napolitanos: ‘Ahhh Panamá... Suramérica?’, preguntó el dependiente del Hotel Le Orchide en la parte central de la ciudad. No fue el único, lo mismo pasó con el taxista o el mesero de El Caballo Blanco.

MAR DE CONTRADICCIONES

Los fiscales buscan encajar las piezas del rompecabezas del caso, que incluye acusaciones contra el ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi. Han indagado en más de una ocasión a Lavitola. Más de 18 horas de preguntas y respuestas en Poggioleare.

En el primer careo ante el juez Darío Gallo y los fiscales Henry Woodcok y Vicenzo Piscitelli, Lavitola negó en un principio haber dado algún tipo de soborno al presidente o a funcionarios del gobierno. Los 600 mil dólares que se mencionan en el expediente de la fiscalía de Nápoles (dinero que habría sido entregado en dos fases. Una primera entrega de 64 mil dólares y otra de 530 mil dólares), se trataba de dinero en pago por ‘contratos lícitos’ con el gobierno panameño. Contratos que el gobierno no ha salido a explicar de qué se trataban.
En su segundo encuentro ante los fiscales, Lavitola una vez más negó los sobornos a Martinelli, pero confirmó el regalo de un helicóptero para Panamá, de parte de Angelo Cappriotti, exdirectivo de Svemark, acusado de corrupción internacional quien se encuentra prófugo de la justicia italiana. El segundo interrogatorio también echaría por tierra los comunicados del conglomerado Finmeccanica, quien negó el pago de comisiones para la obtención de contratos. Lavitola aseguró haber hecho looby entre el gobierno de Panamá y Finmeccanica para la obtención de un contrato de 250 millones de dólares. Por ese contrato Lavitola se habría ganado hasta 11 millones de dólares en comisiones. Otra de las declaraciones de Lavitola que coinciden con parte de las declaraciones de Velocci tiene que ver con el helicóptero que regalaría Angelo Capriotti al presidente. Según datos de la fiscalía, Lavitola contó que en un viaje en el tren de Colón, en el se encontraban representantes de Finemeccanica y Capriotti, este a quien Lavitola le recomendó ‘regalar’ un helicóptero a Panamá, aunque no era para el presidente, sino para el Estado.

De concretarse el regalo de Capriotti al gobierno, Panamá debería haber tenido en menos de un año dos helicópteros italianos. Uno VIP, incluido dentro del contrato con Finmeccanica, y el otro, regalado por el dueño de Svemark. Paradójicamente y según palabras de Lavitola, las dos naves serían adquiridas a Agusta.

LO QUE DIJO LA TERCERA

Ayer la jornada fue de espera en la ciudad del sur de Italia. Al menos para los interesados en los pormenores del caso. Ya en horas de la tarde los medios italianos reportaban datos sobre la indagatoria.

Las primeras filtraciones de las declaraciones de Lavitola a los fiscales y el juez de instrucción hablan de un hombre un tanto arrogante, que da sugerencias a los magistrados y fiscales sobre preguntas. Bromas sobre el excanciller Franco Frattini, confusiones entre euros y dólares, exclamaciones, comparaciones e incluso palabras subidas de tono. Este es el Lavitola que se han encontrado los fiscales en la celda en Poggioreale.

Lavitola admitió ante el juez no tener conocimiento sobre el tema de las cárceles, pero aún así dijo: ‘Si me mandan a establecer relaciones con el presidente de Burundí para venderle una mina de cobre, yo voy’.

En las transcripciones el magistrado Dario Gallo le pregunta sobre el papel del hijo del presidente Ricardo Martinelli en la donación de un helicóptero. Lavitola respondió: ‘¿Rica? no tiene nada que ver, tanto es así que me mandó a la mierda. Perdón la palabra, pero me dijo que le importaba un diablo el helicóptero’.

También contó que fue el presidente Martinelli quien, presionado por la oposición tras los escándalos en Italia, recomendó salir de Panamá: ‘Un día me llamó el presidente (Martinelli) y me dice ‘Valter, usted tiene que salir, aquí está montando un escándalo, debes irte’. Al día siguiente me fui a Río’.

Mientras tanto, la vida en Nápoles sigue pareciéndose a la de Panamá.

Tráfico pesado, construcciones en la vía que impiden la libre circulación de los autos. Peatones que se juegan la vía por cruzar la vía, una ciudad próspera con la cara de la pobreza a un costado. Bien podría decirse que Nápoles es la pequeña Panamá en Europa, salvo por un detalle. Aquí no siguen el impacto que la investigación por supuestos sobornos tiene en nuestro país.

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