Otra mancha para Silvio Berlusconi
La suerte del político, mujeriego empedernido, quedó en manos de cinco mujeres: tres jueces, la fiscal y la acusada.
AFP. ROMA, ITALIA
El ex primer ministro Silvio Berlusconi fue condenado este lunes a
siete años de cárcel en el caso Ruby, por el que estaba acusado de
prostitución de una menor de edad y abuso de poder, una sentencia
severa que amenaza la estabilidad del actual gobierno de coalición
italiano, del que Il Cavaliere es un aliado clave.
Después de casi
siete horas de deliberaciones, las magistradas del Tribunal de Milán
(norte) Giulia Turri, Orsola De Cristofaro y Carmen D´Elia condenaron al
magnate de las comunicaciones y líder de la derecha italiana a una pena
mayor de la solicitada por la fiscalía y dispusieron su inhabilitación
de por vida de todo cargo público.
Se trata del primer fallo por el llamado caso Ruby, ya que tiene dos oportunidades más para recurrir la sentencia.
El
exjefe de gobierno, de 76 años, quien esperó el veredicto encerrado en
su mansión de Arcore, en Milán, fue condenado por haber pagado en 10
ocasiones a Ruby –el apodo de una exuberante marroquí menor de edad en
el momento de los hechos– sus servicios sexuales y por haber presionado a
la policía para que la liberara tras su detención por hurto, en mayo de
2010.
“Han pronunciado una sentencia increíble, de una violencia
que no se había visto hasta ahora, para eliminarme de la vida política
de este país”, declaró Berlusconi en un comunicado divulgado a la prensa
en el que advierte: “Resistiré a esta persecución porque soy
absolutamente inocente”.
La fiscal Ilda Bocassini, apodada La
Rossa (la pelirroja, pero también la Roja por su reputación de ser
implacable en sus investigaciones contra la mafia), quien no estaba
presente en la sala del tribunal durante la lectura de la sentencia,
había denunciado en su alegato final en mayo “el sistema de prostitución
montado para satisfacer sexualmente a Silvio Berlusconi”.
Unas 30
jóvenes y prostitutas de lujo, entre ellas varias latinoamericanas, que
participaron en las fiestas privadas del magnate, comparecieron ante el
tribunal de Milán para declarar que se trataba de elegantes y
tranquilas cenas, célebres ahora en la prensa de todo el mundo como las
veladas bunga bunga.
Unas 10 personas congregadas frente a la sede
del tribunal junto con reporteros de medio mundo recibieron con
aplausos y gritos la sentencia, mientras numerosas personalidades de la
derecha protestaron contra el fallo, que marca el futuro político de
uno de los hombres más poderosos e influyentes de Italia.
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