Mineras se adueñan de todo un distrito
Panamá tiene un nuevo “distrito” que abarca territorios de dos
provincias (Colón y Coclé), así como densas zonas boscosas protegidas
por la ley, pero que eventualmente serán devastadas.
El nuevo
distrito no aparece en el mapa político oficial, pero inversionistas
extranjeros tienen bien clara su ubicación: Es el “distrito minero de
Petaquilla”, también conocido como “Petaquilla Mining District”, según
informes de la empresa Petaquilla Minerals, Ltd., su promotor
internacional.
La nueva denominación del distrito colonense de
Donoso y zonas adyacentes está recogida en presentaciones de Petaquilla
Minerals a empresarios de Canadá, Estados Unidos, foros financieros de
inversión –como el Investorshub– y hasta en publicaciones del Club de
Inversores Chinos.
Es un “distrito” que la empresa califica de
“remoto y subexplotado” y que tiene “el potencial de convertirse en la
próxima mayor región minera de América Latina en los siguientes cuatro
años”.
“Inmet Mining [antigua dueña de Minera Panamá] planea poner
en producción el tercer mayor depósito de cobre en el mundo”, dice
Petaquilla en su página web.
La operación de las mineras en Donoso
abarca unos 136 kilómetros cuadrados, y aprobada por la Ley 9 de 1997,
bajo la administración de Ernesto Pérez Balladares. Este contrato ampara
la explotación de Petaquilla Gold –liderada por Richard Fifer– y Minera
Panamá, cuyos dueños son el Estado coreano (20%) e inversionistas
canadienses (80%).
Petaquilla Gold es filial de Petaquilla
Minerals, Ltd., y extrae el oro de Donoso. Minera Panamá es subsidiaria
de Inmet, adquirida en abril pasado por First Quantum Minerals, la mayor
minera de Canadá.
Gigantesca concesión
Pero
los 136 kilómetros cuadrados del Contrato-ley 9 solo representan una
pequeña fracción del “distrito” del que habla Petaquilla Minerals Ltd.,
pues asegura poseer derechos sobre casi 10 veces el tamaño de su
concesión. Al menos eso es lo que proyecta el mapa de concesiones que
presenta a inversionistas y que reproduce Inmet en su página web (ver
mapa).
Un informe de Petaquilla Minerals Ltd. ante la SEC
(Securities and Exchange Commission) de Estados Unidos –la agencia
oficial reguladora de la industria de valores en ese país– asegura que
la empresa tiene los “derechos de exploración y explotación de 842
kilómetros cuadrados en el área”. Otro informe técnico indica que los
842 kilómetros están “alrededor” de la mina de oro y de cobre de Minera
Panamá.
El reporte, certificado por la consultora internacional
Behre Dolbear, concluye que “no tiene ninguna razón para inferir que la
información utilizada en la preparación del informe es inválida o
contiene tergiversaciones”. Este documento a la SEC expira el 31 de
marzo de 2014.
Pero hay incongruencias en la información que
presenta Petaquilla. Por un lado, sus documentos reflejan que posee 23
polígonos para explotación minera que abarcan 842 kilómetros cuadrados.
Pero, al revisar el mapa utilizado en sus presentaciones –incluido el
entregado a la SEC– los supuestos polígonos (incluidos los 136
kilómetros cuadrados del Contrato-ley 9) suman mil 51 kilómetros
cuadrados.
Esta cantidad de tierras, destinada a la extracción
minera, equivale a casi el 1.5% de todo el territorio nacional o un poco
más que el distrito de Santiago de Veraguas –de 970.9 kilómetros
cuadrados– o a más del doble de la isla de Coiba (de 493 kilómetros
cuadrados), la isla deshabitada más grande del Pacífico centroamericano,
o 21 veces el distrito de San Miguelito (50 kilómetros cuadrados).
Y
las incongruencias no terminan allí. Según el Registro Minero del
Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), Petaquilla solo posee las
tierras que le cedió el Contrato-ley 9, es decir, 136 kilómetros
cuadrados.
Petaquilla, en silencio
Este medio intentó obtener una explicación de Petaquilla, pero durante más de un mes, se negó a hablar.
Este
diario hizo tres acercamientos por correo electrónico a Augusto
Batista, gerente de la mina –con copia a Rodrigo Esquivel, director,
presidente y tesorero de Petaquilla Gold– y a Leonor González, asistente
de Fifer. Todo fue inútil.
Este medio también dejó una carta en
la oficina de Petaquilla en Panamá (en la que pedía una entrevista), la
cual respondió telefónicamente Maricruz Obaldía (asistente de Esquivel)
para decir que él contestaría, pero que antes necesitaba las preguntas.
Aclararon que, en cuanto a las tierras, habían hecho un acuerdo con Minera Panamá y necesitaban “pedir su autorización”.
Se envió un cuestionario, que tampoco respondieron, y luego tres correos electrónicos, así como varias llamadas telefónicas.
En
un último esfuerzo, el sábado previo a esta publicación se les reiteró
la solicitud por correo electrónico. Nunca respondieron.
Su
actitud contrasta con la elocuencia utilizada en foros internacionales
donde promueven su “distrito minero”, que describen como una buena
oportunidad de negocios.
Las tierras para la minería que
Petaquilla impulsa están en la reserva forestal de Donoso (Colón) y
cubren casi todo el Parque Omar Torrijos, (Coclé), ambas, áreas
protegidas (ver mapa).
Ello, sin contar que toda la zona minera
interrumpe el Corredor Biológico Mesoamericano, cuya conexión es vital
para conservar especies en peligro de extinción.
Desentendidas
La
magnífica concesión que promociona Petaquilla en documentos ante la SEC
es información que se guardan las autoridades locales.
Por
ejemplo, se desconoce cuánto ha pagado Petaquilla en regalías al Estado
panameño por tener derecho de explotación minera en zonas boscosas
protegidas.
También se desconoce qué mecanismo usó para adquirir
19 de los 23 polígonos que alega poseer –cuando su contrato solo abarca
cuatro– o si compitió por ellos o si los obtuvo de forma directa.
Tampoco
se sabe si ha hecho alguna consulta ciudadana o el trámite legal que
ampara la supuesta cesión del 1.5% del territorio nacional a manos de
empresas vinculadas a un solo dueño.
Ricardo Quijano, titular del
Mici, se negó a hablar del tema con este diario. El medio se comunicó en
cuatro ocasiones con su departamento de relaciones públicas, visitó su
despacho, le envió dos correos electrónicos y le solicitó
telefónicamente una entrevista varias veces.
En un último intento
se le dejó una solicitud formal de información, amparada en la Ley de
Transparencia. El ministro respondió de forma escueta casi un mes
después. Y debido a lo lacónico de sus respuestas, este diario se vio
obligado a pedirle más explicaciones, pero sin éxito.
Incongruencias
El
Registro Minero en la página web del Mici tiene dos formas de presentar
su información: archivos de excel, con el listado de las solicitudes y
contratos, y un mapa en formato AutoCad, que ubica geográficamente los
contratos y solicitudes de concesiones mineras.
El mapa, además de
ser inaccesible para la inmensa mayoría de los ciudadanos, es confuso.
Según el listado, Petaquilla Minerals, S.A. ha hecho seis solicitudes
para explorar oro en un total de 747 kilómetros cuadrados.
Cuatro
de esas seis solicitudes abarcan 506 kilómetros cuadrados, ubicados en
dos comunidades de Colón y tres en Coclé. Estas solicitudes están en
evaluación, ya que tienen oposición [de terceros o de empresas], dijo el
ministro en su escueta respuesta.
A los otros dos trámites, que suman 241 kilómetros cuadrados en Donoso, se les dio elegibilidad y se tramita su contrato.
Las seis solicitudes coinciden con la ubicación de varios polígonos que Petaquilla muestra a los inversores como su concesión.
Un
mapa del Registro Minero de 2011 –el último al que pudo acceder este
diario– muestra la concesión vigente de Petaquilla (Contrato-ley 9) con
17 polígonos colindantes solicitados, pero Petaquilla los muestra todos
como “su” concesión.
En el mapa oficial, varios polígonos –que no
aparecen en el listado del Registro Minero del Mici– han sido pedidos
por Petaquilla para su exploración.
Es decir, el listado y el mapa
contienen incongruencias, por lo que no se sabe con certeza qué
cantidad de tierras reclama Petaquilla.
De cualquier manera, esta
empresa solo cuenta con una concesión vigente: la aprobada por el
Contrato-ley 9 de 1997, que es el de extracción de oro, así como la de
cobre, de Minera Panamá. El resto de los polígonos –que no se sabe con
exactitud cuántos son– no forma parte de su concesión, pese a lo que ha
afirmado Petaquilla a la SEC, a sus inversores y a sus potenciales
inversionistas.
Su contrato, empero, sí es generoso: le permite a
Petaquilla ocupar territorios fuera de su concesión, que sean “útiles
para la vida del proyecto” (ver facsímil).
Además, al margen de su
contrato, el Código Minero establece que si una empresa obtiene un
contrato de exploración en una zona, y luego solicita extraer mineral en
ella, el Estado esta “obligado” a otorgarlo.
Confusión en la Anam
En
la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) no se creen que Petaquilla
tenga, según el cálculo de la propia empresa, 842 kilómetros cuadrados
de tierras para la minería. “No pueden ser 840 kilómetros, tienen que
ser 840 hectáreas. ¿Tu sabes lo que son 840 kilómetros?”, preguntaba
asombrado su administrador, Silvano Vergara, a este medio.
“Debe
haber un error son 840 hectáreas. Debe haber un error” –reiteró– “no
cometas el error de... de hecho no pueden ser 840 kilómetros, de ninguna
manera”.
Pero este medio encontró en los archivos de la Anam, en
el estudio de impacto ambiental aprobado para la mina de oro de Molejón,
un mapa aportado por Petaquilla Gold que muestra los 23 polígonos
supuestamente “concesionados”. Es el mismo mapa que muestran a sus
inversionistas y a la SEC; aún cuando, según el Mici, su única concesión
es de 136 kilómetros cuadrados.
El documento dice, además, que
hay “ciertas concesiones mineras adyacentes, propiedad directa o
indirecta en un 100% de Petaquilla Minerals Ltd”. Aunque, por otro lado,
se refiere únicamente a la concesión de Petaquilla, de 136 kilómetros
cuadrados.
El que sí lo tiene claro es el Club de Inversionistas
Chinos: “la tenencia de la tierra está en una posición perfecta para
enviar los concentrados a bajo costo a Europa, Asia y Norte América”,
dicen.
Contrato con INMET
Petaquilla
Minerals, Ltd. e Inmet Mining firmaron en febrero pasado un contrato de
150 millones de dólares en el que está por verse si la transnacional se
quedará con los más de 800 kilómetros de tierras colindantes con su
concesión de cobre. Se pactó, según un comunicado, que Petaquilla
cedería a Inmet los nuevos contratos que le otorguen de las solicitudes
que tramita en el Mici: seis, por un total de 747 kilómetros cuadrados.
Como
Inmet fue adquirida por First Quantum, los ricos yacimientos minerales
de Donoso se sumarían a sus operaciones en África, Europa, Australia y
Suramérica, con lo cual se convertiría en el principal productor de
cobre.
Este diario gestionó una entrevista con Minera Panamá S.A.
–subsidiaria de Inmet– durante más de un mes, y tras múltiples
intercambios de correos se limitaron a responder por email la pregunta
si ¿obtendría las concesiones de exploración de Petaquilla? “Solamente
parte de las áreas de concesión que se le concedan”, dijo.
La
forma en la que el Mici y las mineras informan a la ciudadanía sobre el
uso de las tierras del país es cuestionado por el Centro de Incidencia
Ambiental (Ciam).
“Es necesario que las autoridades, en este caso
el Mici, brinden con claridad la información del área total a ser
concesionada”, dijo Tania Arosemena, su directora legal.
“Necesitamos
que la población conozca qué áreas le están siendo cedidas para el
desarrollo de este tipo de actividades...”, recalcó.
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