lunes, 6 de mayo de 2013

La ‘maldición’ del Tribunal de Azuero
 
Alexis Charris Palacios
 
En siete años dos magistrados salen del Tribunal Superior en medio de un escándalo. Ambos en mayo


PANAMÁ. ¿Qué tienen en común Dulio Arrocha y Karem Benítez? Que ambos han ejercido como magistrados y han salido de manera deshonrosa de un juzgado que ya es conocido como el ‘despacho maldito’.

En efecto, tanto Arrocha como Benítez han laborado como titulares en el Tribunal Superior del Cuarto Distrito Judicial, que comprende a las provincias de Herrera y Los Santos. La sede de esta oficina está ubicada en la cabecera santeña: la legendaria ciudad de Las Tablas.

El pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) destituyó a Arrocha el 16 de mayo de 2006 luego de comprobar que había ejercido el cargo de manera espuria, pues su diploma de abogado, supuestamente obtenido en la Universidad Nacional de Colombia, fue falsificado. Arrocha aún enfrenta varios procesos penales y civiles.

Ahora le tocó el turno a Benítez, quien acaba de ser enviada a vacaciones forzadas después de sufrir una investigación por parte del equipo de seguridad del Órgano Judicial (OJ), a cargo de Ramiro Jarvis, personaje muy cercano al actual presidente de la CSJ, Alejandro Moncada Luna.

Moncada y Jarvis ejercieron como director y subdirector general, respectivamente, de la ya fenecida Policía Técnica Judicial (PTJ).

Personas que conocen de cerca el caso de la magistrada Benítez indican que esta funcionaria ‘se aplicó un haraquiri’ (ritual suicida del código Samurai) cuando, ante un notario público que ella misma contrató, devolvió 15 expedientes a la secretaría del Tribunal Superior de Las Tablas. Los expedientes, pesados y voluminosos, fueron acarreados en tres maletas de viaje.

La mitad de estos expedientes está vinculada con casos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

Los otros casos guardan relación con homicidios, herencias y litigios por tierras. ‘Se trata de expedientes que involucran mucho dinero por doquier’, reveló a La Estrella una fuente administrativa del juzgado en mención, que exigió anonimidad por razones obvias.

A diferencia de Panamá, los tribunales superiores en el interior del país administran casos penales y civiles por igual.

Aunque varios fallos de la propia CSJ determinan que los expedientes deben permanecer dentro de los despachos, es una práctica usual que los jueces lleven a sus casas uno o dos expedientes para leerlos con detenimiento. ‘Pero es toda una anormalidad que un juzgador mantenga en su poder, de manera simultánea, una cantidad de expedientes que supera la docena’, observó la misma fuente.

SORPRESA

La semana pasada, cuando los nueve magistrados de la CSJ observaron las pruebas aportadas por Jarvis y sus espías institucionales, se llegó a la conclusión unánime de enviar de vacaciones a Benítez. En lenguaje judicial, esta acción implica que Benítez será separada del cargo tan pronto retorne a sus labores y, más adelante, será destituida con toda seguridad. Expertos en asuntos judiciales confirman que la salida ‘menos traumática’ para Benítez es que presente su renuncia irrevocable durante las próximas horas.

Impulsada por los entonces magistrados supremos Adán Arnulfo Arjona y Esmeralda Arosemena de Troitiño, Benítez ganó el concurso de juzgadora del Tribunal Superior de la región de Azuero cuando en 2008 obtuvo una mayoría mínima de cinco votos en la CSJ. Benítez deslumbró con un currículo impresionante, tanto así que ahora los miembros del máximo tribunal de la república solamente opinan que ‘estamos más que sorprendidos’.

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