jueves, 9 de febrero de 2012

Arma de Jiménez no es privada
ALBERTO DE LEÓN DE GRACIA
 
Peritos en la materia aseguran que se trata de una pistola que forma parte del arsenal de la antigua Guardia Nacional, adquirida en 1971, mediante un acuerdo con el gobierno de Bélgica
 
INVESTIGACIÓN. Ahora surgen dudas sobre la pertenencia del arma en manos del mayor Jiménez. Foto: Eliezer Oses | La Estrella
PANAMÁ. La Policía Nacional prefiere poner el pecho a tierra y dirimir intramuros el caso del mayor Rodolfo Jiménez Vargas, jefe de una de las escuadras que el pasado domingo repelió las protestas de los ngäbes en San Félix, y donde salió a relucir una arma ‘letal’, mientras el ministro José Raúl Mulino aseguraba en la Presidencia de la República todo lo contrario.

El pasado lunes 6, a través de su cuenta de Twitter (‘Proteger y servir’), la institución hacía frente al tema, responsabilizando única y exclusivamente al oficial de la responsabilidad por el uso no autorizado del arma.

Al margen de las recientes especulaciones en las redes sociales sobre la efectividad de la investigación que adelanta la Oficina de Responsabilidad Profesional por la falta de Jiménez Vargas —ya que el oficial en cuestión es del círculo de confianza del actual director general de la Policía Nacional, Gustavo Pérez—, surgen nuevos elementos sobre la propiedad de la Browning High Power.

Especialistas en esta materia aseguraron ayer a La Estrella que esta pistola forma parte de un arsenal adquirido en 1971 por la hoy desaparecida Guardia Nacional al fabricante belga FN Gelstar, por medio de un acuerdo con el gobierno de Bélgica, donde además se recibieron ametralladoras de la marca UZI (calibre 9mm), escopetas automáticas Browning, modelo Auto-5 (calibre 12) y fusiles de asalto de la marca FAL, calibre .380. También atinan a decir que todo ese armamento llevaba grabado el ‘escudo de armas’ de la República de Panamá y la inscripción ‘Guardia Nacional’. El costo que pagó Panamá por estas armas rondan los $350 mil, según la explicación.

Con el paso de los años y tras la conversión a mediados de los años 80 de la Guardia Nacional a Fuerzas de Defensa, las armas pasaron al patrimonio del ejército comandado por Manuel Antonio Noriega hasta diciembre de 1989, cuando se produce la invasión estadounidense a Panamá.

Muchas de estas armas fueron capturadas, según las versiones obtenidas, por las fuerzas invasoras y posteriormente devueltas a la Fuerza Pública en su proceso de reorganización de inicios del año 1990.

Al momento de la invasión, muchas de estas armas quedaron en poder de los efectivos de las desarticuladas Fuerzas de Defensa (las cuales debieron ser puestas a órdenes de la institución) y otras cayeron en manos del hampa, como es ampliamente conocido.

Retomando el caso del mayor Rodolfo Jiménez, su antigua compañera de armas, la exmayor y dirigente del opositor Partido Revolucionario Democrático Trinidad Ayola, posteó ayer : ‘...desde el momento que el arma es de la Policía no es personal. Hay armas especiales que se le asignan a algunos oficiales. Por lo tanto es de reglamento. Creo que el decir que no es arma de reglamento es querer librar de responsabilidades a la Institución’.

OTRA MIRADA

Sobre los recientes hechos violentos, el exdirector de la Policía Nacional Ebrahim Asvat opina que hubo fallas en el manejo del control de multitudes.

‘Sobre el arma que sacó un policía me pareció inusual y fuera de los procedimientos. Estoy de acuerdo que esta acción debe ser investigada por la propia Policía. Siempre hay que revisar toda actuación para ver si se ajusta a los procedimientos de control de multitudes y espero la Policía corrija cualquier irregularidad. Los casos de tipo penal es competencia de las autoridades del Ministerio Público y esperemos que también realicen su labor’.

La Policía Nacional, por su parte, se ciñe a su ya conocido ‘...se han dado las instrucciones correspondientes para proceder a investigar a nivel interno este hecho...’. Lo demás es accesorio.

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