sábado, 21 de abril de 2012

"Ojalá nunca caiga usted en el flagelo de la droga otra vez"

Eliana Morales Gil
Irene Hernández G.
EN LA CONFERENCIA. El presidente, Ricardo Martinelli, se irritó cuando Famanía le preguntó por Velocci y por el ´Panamá América´ y respondió con un ataque personal. LA PRENSA/Bienvenido Velasco
 
Era la primera vez, desde que se desató el escándalo en Italia que el presidente panameño, Ricardo Martinelli, hablaría sobre el tema.

Jueves 19 de abril, 9:00 p.m. Anfiteatro de la Presidencia. La prensa en pleno acudió a la cita. Doce cámaras de televisión, unidades móviles para transmitir el discurso en directo. Periodistas de radio, prensa y televisión.

Miles de panameños, inquietos por saber lo que el Presidente diría, encendieron sus televisores para no perder detalle. La “telenovela”, como el mismo mandatario bautizó el escándalo italiano, estaba a punto de empezar.

Los primeros en llegar: el ministro de Vivienda, José Domingo Arias y el diputado de la Asamblea José Muñoz. Después aparecieron Salomón Shamah, de la Autoridad de Turismo y Gissel Burillo, de la Autoridad de la Mediana y Pequeña Empresa. También estuvieron Demetrio Papadimitriu, de la Presidencia; Federico Suárez, de Obras Públicas; José Raúl Mulino, de Seguridad; Enrique Ho, de la Autoridad de Aseo; y Luis Camacho, secretario de Comunicación.

Faltaron Lucy Molinar, ministra de Educación; Franklin Vergara, de Salud; Jorge R. Fábrega, de Gobierno; Oscar Osorio, de Desarrollo Agropecuario; Frank de Lima, de Economía; Rómulo Roux, del Canal; Guillermo Ferrufino, de Desarrollo Social, y la de Trabajo, Alma Cortés. Además del canciller, Roberto Henríquez, quien lleva varios días incapacitado.

A las 9:10 p.m. apareció Martinelli. Estaba impecablemente vestido y tenía cara de pocos amigos. Dijo: “buenas noches”. Dos palabras que se escucharon como un trueno seco sin lluvia sobre la ciudad. Y como un tren listo para embestir, el mandatario inició argumentando cómo conoció a Valter Lavítola e intentó explicar los nexos que el personaje italiano tuvo con el Gobierno panameño. También sustentó el porqué no se firmó el contrato para la construcción de las cárceles modulares.

PREGUNTAS INCÓMODAS
Llegó el ciclo de preguntas y respuestas. El mandatario estaba a la defensiva, irritado. Se veía desencajado. Terminó de perder la calma cuando Ricardo Jaramillo, de TVN, le preguntó por la relación de su hijo y Lavítola. “Mire, mire... mi hijo conoció al señor Lavítola como lo conocí yo”, contestó, y luego entró en detalle sobre lo vulnerable que es un e-mail.

Hugo Famanía, periodista de RPC Televisión, le preguntó lo siguiente: “Pero a pesar de la condición dudosa del señor [Mauro] Velocci, ¿usted negociaba con él?”.

Martinelli perdió el control y le respondió: “Por el amor de Dios... Por el amor de Dios, Hugo... Por el amor de Dios... Tú has tenido problemas de droga y eso no significa que por eso yo no vaya a hablar contigo. Yo no sabía, yo no conocía a ese señor... yo no lo conozco... yo te puedo a ti... ahora que yo no quiero hablar contigo porque tú tuviste problema de droga o tuviste problema de droga, eso no es justo”.

Famanía lanza otra pregunta: “Presidente, ¿cómo usted sabe lo que se publica en el Panamá América?”.

El mandatario volvió a arremeter. “Señor, sea un poquito más... sea un poquito más responsable, por favor, con esas apreciaciones, sea un poquito más responsable, yo no sé si usted está teniendo problemas con sus antiguos hábitos o qué, pero sí quiero decirle que hay una cosa que se llama internet... lo respeto mucho... lo quiero mucho y ojalá nunca caiga usted en el flagelo de la droga otra vez”.

Federico Suárez, a la izquierda del Presidente, suspiró levemente. Giselle Burillo, quien estaba exactamente detrás del mandatario, miró a Salomón Shamah (a la derecha del gobernante) y compartieron brevemente una mirada que reflejó el desconcierto de ambos.

La experredista posó entonces sus ojos en Martinelli como buscando respuestas. Este mostraba una sonrisa tensa, que intentaba celebrar lo dicho. Era más bien una mueca. Dejó el recinto junto a los ministros que no supieron esconder el rostro de la vergüenza. La novela había terminado.

LO QUE DIJO FAMANÍA
En tiempos de redes sociales, la indignación también viaja por el ciberespacio. Twitter parecía estallar. Periodistas, miembros de la sociedad civil, políticos y ciudadanos comunes, en 140 palabras repudiaron esa noche el ataque al periodista de Medcom. Los gremios no se quedaron atrás. (Ver recuadro).

El propio Famanía admitió ayer que como ser humano se sintió golpeado. Sin embargo, dijo haber mantenido la templanza, “gracias al Espíritu Santo”. Contó que le hizo la pregunta del Panamá América porque la clave de un medio es la independencia. Pidió orar por Martinelli porque en este momento está muy afectado. “El Presidente necesita ahora más que nunca de nuestras oraciones, la Escritura lo ordena y el ser panameño nos lo impone”, agregó.

La agresión contra Famanía fue noticia internacional. CNN entrevistó anoche al comunicador, quien reveló que cinco horas antes del incidente con Martinelli, este le había enviado un mensaje en el que le hacía alusión al problema de drogas que él tuvo hace tres años, pero que no le dio importancia.

MAYÍN DEFIENDE A MARTINELLI
En medio de las voces que recriminaron la actitud del Presidente, hubo una que, por el contrario, le manifestó su solidaridad: la de la gobernadora de Panamá, Mayín Correa.

“Yo también quiero hablar sobre los ataques de los periodistas al Presidente, que a mí me enferman”, dijo.
A juicio de Correa, al mandatario hay que comprenderlo. No cree que en este país haya habido un presidente más vilipendiado que Martinelli, a cuya madre, según ella, también han ofendido. “Yo creo que aquí nos hemos pasado la línea en cuanto a creer que insultando al Presidente es libertad de expresión”, opinó.
(Con información de Ohigginis Arcia).

El caso de los diamantes de África

Entre los numerosos frentes judiciales que está afrontando en estos días en Italia Valter Lavítola también deberá aclarar ante la justicia sobre un caso relativo a un contrato para la entrega de diamantes a una sociedad cuya sede está en Zambia.

Así lo destacan fuentes locales italianas, precisando que el valor calculado de los diamantes en cuestión es de unos 600 mil dólares.

El de los diamantes en el país africano es uno de los temas que surgieron a la luz en el interrogatorio de esta semana de Lavítola, además de ser uno de los casos que más ha generado curiosidad en los medios italianos que están siguiendo las investigaciones en las que ha quedado implicado el hombre de negocios italiano.
“Lavítola deberá, entre otras cosas, aclarar el caso del pago en diamantes a una sociedad llamada Ssp Commercio, con sede en la ciudad de Lusaka”, precisó, por ejemplo, el diario italiano Corriere della Sera, indicando que “se trata de unos 60 diamantes cuyo valor total declarado es de unos 600 mil dólares”.
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Este pago habría sido hecho “como saldo por un crédito que la Ssp Commercio tenía con la International Press”, la firma editora del diario Avanti! del que Lavítola fue director periodístico, posibilidad que el mismo Lavítola desmintió ante los jueces que lo interrogaron esta semana en Nápoles.

Según parece, Lavítola habría organizado una serie de operaciones ficticias, tanto de bienes como de servicios, para justificar la utilización del dinero recibido, precisamente, como trámite de las financiaciones destinadas a ese periódico.
ANSA

´Se violó Código de la Familia´, afirma Troitiño

A juicio de la exmagistrada de la Corte Suprema Esmeralda de Troitiño, Martinelli violó disposiciones contenidas en el Código de la Familia, concretamente en el artículo 575, que dice: “El Estado garantiza el derecho a la intimidad, libertad personal, seguridad y honor familiar, y el derecho a la propia imagen; y reconoce a la familia como el elemento fundamental de la sociedad”.

También el artículo 576, según el cual, “La familia, como ente, y cada uno de sus miembros tienen derecho a que se respete su intimidad y su privacidad. Ninguna persona podrá ser perturbada o molestada en su hogar, y ningún hecho propio de la vida privada o familiar de una persona podrá ser tratado públicamente sin el consentimiento de ésta”. La exmagistrada precisó que si una norma jurídica consagra un derecho, el titular de este tiene la facultad de reclamarlo cuando le sea violado.

“Independientemente de la falsedad o realidad del señalamiento, lo importante aquí es que si hay una ley, las autoridades están obligadas a respetarla y hacerla respetar, tal como lo consagra la Constitución”, advirtió. Otros que se pronunciaron fueron los gremios periodísticos. Guido Rodríguez, presidente del Fórum de Periodistas, dijo: “Es repudiable que el mandatario de la Nación reaccione a una pregunta válida de un periodista con ataques.

En tanto, el Consejo Nacional de Periodismo, difundió un comunicado suscrito por su presidenta, Norma Núñez. “La acción ofensiva del señor Martinelli contra el periodista Hugo Famanía denigra su cargo de Presidente de la República, y con ello irrespeta al país entero”.

Este mecanismo utilizado por el Presidente para desvirtuar y coaccionar a los periodistas es un acto que no podemos tolerar, porque pone al país en un predicamento innecesario que empeora la crisis, y que coloca la institucionalidad y la gobernabilidad a límites de un abismo peligroso”, dijo.

El Colegio Nacional de Periodistas expresó que “repudia la infortunada intervención del presidente Martinelli contra el periodista Famanía, al no tolerar que se le cuestionara sobre hechos que son investigados en el caso Lavítola-Berlusconi-Panamá”.

El secretario general del Sindicato de Periodistas de Panamá, Filemón Medina, dijo que con sus actuaciones, el Presidente no solo irrespeta el periodismo, sino la majestad de la Patria, porque cuando la Nación se ve involucrada en una investigación internacional como la que adelantan las autoridades italianas se afecta su imagen y su economía, así como su institucionalidad.
Rafael Luna Noguera
ENFOQUE

 ´Discriminación por adicción es injusta´

SAÚL ALVARADO*
panorama@prensa.com
OPINIÓN. La discriminación contra una persona por su adicción o por el hecho de haber recibido tratamiento para esta condición médica es contraproducente e injusta, por lo que debe ser eliminada para mejorar el manejo de esta enfermedad.

El no reconocer esta realidad es una violación a los derechos básicos de acceso a la salud que todo ser humano tiene. Esto es importante cuando esta discriminación involucra a personas que han logrado detener su condición adictiva y son miembros productivos de nuestra sociedad, ya que ellos son ejemplos positivos de valentía y de superación personal, que además sirven de estímulo a otras personas que sufren de desórdenes adictivos.

Por eso estamos convencidos de que como sociedad debemos continuar la educación sobre estos temas y unir esfuerzos para que cualquier persona tenga derecho a mejorar su salud, y que no se juzgue por su historia clínica, sino por su desempeño personal y profesional.
*Asociación Panameña de Medicina de la Adicción

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