La discreción y el misterio del viaje a la isla de Cerdeña
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN
Alegría.
En junio de 2010, el entonces primer ministro italiano, Silvio
Berlusconi, compartía en Panamá con los mandatarios de la región. Valter
Lavítola estaba entre ellos. Presidencia
El
19 de agosto de 2011, La Prensa publicó una investigación que relataba
la historia del traspaso gratuito de un valioso terreno en Punta
Paitilla a un “humilde vendedor de flores”, a través del procedimiento
de titulación por derechos posesorios.
Las pistas del singular
proceso apuntaban a que uno de los verdaderos beneficiarios del regalo
era el empresario inmobiliario Gabriel Btesh, en sociedad con Felipe
Virzi.
“Desconozco el caso, pero según me han informado, hay más
de 200 mil títulos de propiedad que se han dado desde 1963 de igual
manera”, fue la primera reacción del presidente, Ricardo Martinelli,
sobre el asunto.
Lo que no se sabía entonces era que el presidente
Martinelli no respondía a la publicación de La Prensa desde Panamá, ya
que se encontraba en, o rumbo a la isla italiana de Cerdeña, donde el ex
primer ministro italiano Silvio Berlusconi tiene su famosa Villa
Certosa, escenario de sus célebres fiestas.
Y entre los que acompañaban al mandatario panameño en ese viaje, estaba el ya citado Gabriel Btesh.
El
grupo de viajeros incluía al presidente de la junta directiva de la
Caja de Ahorros, Ricardo Francolini, y al ministro de Obras Públicas,
Federico Suárez, según datos publicados por este diario el 20 de agosto.
Un
día después, el 21 de agosto de 2011, un comunicado del Palacio de las
Garzas confirmó el viaje presidencial a Europa. “El presidente, Ricardo
Martinelli, viajó el viernes [19 de agosto] rumbo a Alemania junto con
el secretario ejecutivo del Metro, Roberto Roy, para recibir las dos
tuneladoras que trabajarán en la construcción de la línea uno del
Metro”. Además, se afirmó que, “en el camino, viajó a Italia para
reunirse con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a fin de
concretar el ofrecimiento de 25 millones de dólares para la construcción
de un hospital pediátrico en Santiago”, explicaba la Presidencia.
¿Por
qué se mantuvo en secreto este viaje presidencial hasta que La Prensa
lo reveló? Ni el presidente Martinelli ni su secretario privado, Adolfo
De Obarrio, respondieron a este interrogante.
Conexión Italia
Unos
meses después, los diarios italianos La Repubblica y Il Fatto
Quotidiano daban cuenta del misterioso viaje del Presidente panameño,
porque en el grupo se hallaba un personaje de mucho interés para Italia.
Se
trataba de Valter Lavítola, que desde el pasado lunes se encuentra
detenido en la cárcel napolitana de Poggioreale, por su presunta
vinculación en varios delitos, entre los que está la corrupción
internacional a través de empresas italianas en Panamá.
En ese
momento, en Italia se publicaron los contenidos de interceptaciones
telefónicas surgidas como parte de una investigación judicial por una
supuesta extorsión de Lavítola a Berlusconi. Las conversaciones
evidenciaron el pago de comisiones ilegales, provocando los arrestos de
ejecutivos del grupo empresarial italiano Finmeccanica.
Justamente,
estas interceptaciones identificaron la existencia de la sociedad
anónima panameña Agafia Corp. que, según los medios italianos, recibiría
el 10% de los contratos que por $250 millones había firmado Panamá con
el grupo Finmeccanica para la compra de 19 radares, 6 helicópteros y un
mapa digital.
Originalmente los diarios italianos reportaron que
Martinelli se había encontrado con Berlusconi. Sin embargo, noticias
recientes dan cuenta de que solo hablaron por teléfono desde Villa
Certosa, a donde Lavítola llevó al grupo de panameños. Las nuevas
informaciones revelan también de que un “miembro de la Corte Suprema de
Justicia” acompañaba al grupo.
Allí, continúan relatando los
diarios italianos, el mandatario panameño se tomó una foto “para que la
prensa de su país pudiera decir que había sido huésped de Il Cavaliere”.
El regreso
Este
diario tuvo acceso a un informe oficial del Instituto Dominicano de
Aviación Civil (IDAC) relacionado con el registro de vuelo del avión
presidencial panameño HP1A Embraer Legacy del 24 de agosto pasado. (Ver
facsímil).
En el informe firmado por el encargado de la División
de Estadísticas Aeronáuticas, Junior Calderón, se destaca que el
miércoles 24 de agosto, el avión presidencial llegó a República
Dominicana procedente del aeropuerto de Santa María, en las islas
Azores.
Ese vuelo llegó a las 2:54 de la madrugada con cinco pasajeros al aeropuerto de La Romana, en República Dominicana.
Luego de una hora en el lugar, el HP1A Embraer partió al aeropuerto panameño Marcos A. Gelabert.
Ese
mismo día en la tarde, Martinelli hacía su primera aparición pública
para hablar del escándalo de la titu-lación gratuita del terreno de
Paitilla. Con ojos soñolientos, Martinelli habló además de “un viaje muy
exitoso” y de la búsqueda de las dos tuneladoras en Alemania.
Sin
que mediara pregunta alguna por los periodistas, Martinelli dijo que
“también hemos logrado un acuerdo con el Gobierno italiano, con Correos y
Teléfonos... como ustedes bien saben, el patito feo del Gobierno
siempre ha sido Correos y Telégrafos. Necesitamos modernizarlo;
necesitamos meterle recursos y nos van a ayudar los italianos”.
Justamente
la entonces miembro del Consejo de Administración de los Correos
italianos, María Claudia Ioannucci, fue la anfitriona de los panameños
en la isla de Cerdeña.
Medios italianos revelaron que el
Presidente de Panamá y su comitiva se hospedaron en un hotel de
propiedad de Ioannucci, y que los costos fueron pagados por Lavítola.
“Las
vacaciones corrieron por cuenta de Lavítola, quien organizaba la
estadía del 18 al 21 de agosto de 2011”, reveló la agencia de noticias
Agi.
También se dice que hay una conversación telefónica, en la
que Lavítola discute con Ioannucci sobre la estadía que costaría 36 mil
euros (unos $47 mil 200), 2 mil euros la noche.
Además del hotel,
Lavítola alquiló un barco por 7 mil euros (unos $9 mil 200) por dos
días, que pagó a través de una transferencia bancaria.
Pero del
citado convenio con Correos de Italia, nada más se ha sabido desde que
el presidente Martinelli lo anunciara como uno de los logros por tierras
italianas. Y en cuanto al hospital ofrecido por Berlusconi para
Veraguas, como se sabe, no pudo ser.
(Con información de Lina Vega Abad, Ereida Prieto-Barreiro y Santiago Cumbrera).
>>> Velocci: ´Por Lavítola se me abrieron las puertas´
“Los
italianos cuando vamos al exterior somos considerados un pueblo de
corruptos, superados solo por los panameños y los rumanos”. Esta ha sido
la conclusión de un panel de periodistas y politólogos al analizar las
denuncias de corrupción que salpican a Italia y Panamá por el caso
Lavítola.
En su edición de ayer “Piazza Pulita”, transmitido por Canal 7, se entrevistó a Mauro Velocci, testigo clave de los fiscales de Nápoles que lograron el arresto de Valter Lavítola.
Velocci
contó con lujo de detalles cómo su proyecto de cárceles, que tenía un
valor de $150 millones terminó con un precio de $176 millones, ya que la
diferencia, $26 millones, debía ser un sobreprecio a pagarse a
Martinelli y funcionarios de su gobierno.
El testigo ilustró a la
audiencia su horripilante historia de corrupción para lograr trabajos en
Panamá. Además de cómo, gracias a Lavítola, se le abrieron todas las
puertas en Panamá para conseguir la contratación y reunirse con
ministros y altos funcionarios, de esa misma manera, un día, al no
acceder al enorme monto que se le pedía (incluyendo un helicóptero de
lujo), se le cerraron.
Entre otras cosas, contó detalles del
soborno que le fue entregado, en efectivo, al abogado Francisco
Martinelli por $60 mil destinado a su tío, el presidente Martinelli.
Velocci
se reafirmó públicamente sobre el contenido de muchas de las
declaraciones que han servido de base a los fiscales. Según él, Lavítola
ha vuelto a Italia “porque lo han convencido de resolver todo”.
Durante
el programa también surgieron comentarios sobre los negocios de
Finmeccanica y sus filiales Selex y AugustaWestland, narrando la
“vulgaridad de la naturaleza de la corrupción” en el país
centroamericano.
Por su parte, el presidente Martinelli escribió
ayer en su cuenta de Twitter que “el testigo estrella de Balbina
[Herrera], señor Velocci, según su chofer, a diario consumía cocaína y
buscaba prostitutas. ¿Qué credibilidad es esa?”.
REDACCIÓN LA PRENSA
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