Protesta en CBP evidenció deficiencias
El conflicto entre los bomberos de la Guardia
Permanente y la directiva de la entidad concluyó por el momento. Temas
como la homologación salarial y los ascensos se retomarán el próximo 18
de diciembre, según acordaron ambas partes.
Urania Cecilia Molina
Los nuevos carros de extinción de incendios no tienen vidrios de
seguridad. Este sufrió un accidente y está en la estación de Balboa. LA
PRENSA/Maydée Romero
La dirección y la Guardia Permanente del Cuerpo de Bomberos de Panamá
(CBP) lograron ayer limar las asperezas que los mantenían separados
desde el pasado 4 de diciembre.
Los miembros de la Guardia
Permanente exigían la homologación de salarios, la ratificación en sus
puestos y mejores condiciones laborales. No obstante, todo se agravó
con la destitución de uno de sus dirigentes
La intervención de la
Iglesia católica logró acercar a las partes, consensuar las diferencias
y pautar una reunión para comenzar a discutir un pliego de peticiones,
de 13 puntos, el próximo 18 de diciembre.
Sin embargo, durante la
protesta que se prolongó por ocho días salieron a relucir las
condiciones y carencias con las cuales trabajan los camisas rojas
diariamente.
Una realidad que pudo constatar este diario durante
un recorrido por instalaciones del CBP en los corregimientos de
Tocumen, Chilibre y Ancón.
PENURIAS
Las
carencias con las cuales conviven los miembros de la Guardia
Permanente se repiten en cada una de las instalaciones visitadas, y
según conoció La Prensa es la tónica de todas las estaciones del CBP.
En
las estaciones de Tocumen, Alcalde Díaz y Balboa la comida se guarda en
anaqueles que no cumplen con las mínimas condiciones de salubridad,
muchos son casilleros de metal, en los que abundan las cucarachas,
entre otros insectos.
Las carnes rojas o blancas se guardan en
congeladores deteriorados, algunos de ellos visiblemente oxidados o
con la tapa superior desprendida.
Pero el rosario de problemas no
termina ahí, porque las propias estructuras son un riesgo para los
trabajadores, debido a que están expuestos a instalaciones
eléctricas defectuosas, hojas de cielo raso desprendidas y
acondicionadores de aire dañados o sin filtros.
TOCUMEN
En
la estación Luis Endara de Tocumen los daños se presentan en los
carros de extinción tanto nuevos como viejos, así como en los equipos
para rescatar personas de accidentes de tránsito.
Algo parecido se
registra en las hojas de cielo raso, los pisos, las instalaciones
eléctricas y hasta el calentador de agua de la instalación.
El
vehículo de extinción de incendios número 290, comprado el año pasado, a
un costo de $800 mil, tiene una fuga de agua. La situación fue
reportada hace una semana, pero la respuesta para la reparación todavía
no llega, informaron algunos agentes consultados.
Otro de los
implementos de trabajo que está defectuoso es el motor de uno de los
equipos que utilizan para rescatar a las personas cuando quedan
atrapadas en un accidente de tránsito.
También en esta estación desde hace seis meses está varado un cisterna, porque le hace falta una balinera.
ALCALDE DÍAZ
Pero
si en Tocumen llueve en Alcalde Díaz no escampa, porque a los problemas
de desprendimiento del cielo raso, instalaciones eléctricas defectuosas
y vehículos nuevos que en el último año entraron y salieron varias
veces del taller, se suma una infraestructura visiblemente
deteriorada.
En la parte posterior de la estación se observaron rajaduras en la base de concreto, y rieles oxidados que sostienen un anexo.
En
este mismo lugar las tuberías de agua pelean espacios con los cables
eléctricos y los tanques de gas de 50 libras. Una realidad, que según
los bomberos, en la empresa privada conllevaría a la aplicación de una
multa.
Esto tomando en cuenta que la Oficina de Seguridad del
CBP es la que se encarga de supervisar que las compañías cumplan con
todas las medidas de seguridad para proteger a sus trabajadores. Y la
citada anteriormente es una de ellas.
Los bomberos de Alcalde Díaz
también viven con el peligro que un tanque de reserva de agua se les
venga encima, ya que las vigas que lo sostienen están corroidas
Desde
hace varios años dejaron de consumir esta agua. Ahora solo la
utilizan para quehaceres internos de la estación, mientras que la que
usan para tomar y cocinar la traen de otros lugares.
BALBOA
Se podría decir que la estación del CBP en Balboa es una herencia del Comando Sur de Estados Unidos.
Por eso, a diferencia de las otras estaciones visitadas, cuenta con más espacio.
Sin
embargo, los años de existencia y la evidente falta de mantenimiento la
convierten en un foco de infección para sus trabajadores.
La
estructura de madera que protege el techo se convirtió en un refugio de
murciélagos, cuyas heces caen directamente sobre las camas de los
camisas rojas.
La estación carece de acondicionador de aire y al
igual que en las otras dos, a falta de cortinas, optaron por colocar
cartuchos negros en los huecos de las ventanas.
Además, el
sistema eléctrico está defectuoso. Prueba de ello es la ausencia de
electricidad en la escalera estrecha y empinada que conduce a los
dormitorios.
ADMITEN DEFICIENCIAS
Por
su lado, el director del CBP, Pablo Tuñón, dijo que es una realidad
que las condiciones de las estaciones no son las mejores.
Explicó
que cuando asumió el cargo reconoció que existía una necesidad
imperante de arreglar las 86 estaciones de bomberos que existen en
Panamá, así como de construir nuevas instalaciones.
Un trabajo que
están haciendo “poco a poco”, aseguró Tuñón. Agregó que existen
estaciones nuevas en lugares como Chepo, provincia de Panamá;
Santiago, en la provincia de Veraguas, y Bugaba, en Chiriquí.
“Todavía hay un déficit grande por cubrir”, concluyó.
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