jueves, 6 de diciembre de 2012

Los negocios de Yanibel Ábrego

La diputada de Cambio Democrático ha traspasado tierras que compró a la Nación por centavos a una fundación a su nombre, con lo que trata de impedir que estas puedan ser objeto de embargos. Camiones de una empresa de la legisladora circulan con placa oficial de la Asamblea Nacional. Ábrego asegura que lo hacen porque están repartiendo donaciones y en ocasiones llevan sobrepeso.

Ereida Prieto-Barreiro
 
 
 
Más de 13 hectáreas de tierras costeras se vendieron a Ábrego en 4 centavos el metro cuadrado. LA PRENSA/Ricardo Iturriaga

Yanibel Ábrego –además del salario que recibe como diputada de la Asamblea Nacional– tiene el negocio soñado: compra muy barato y vende caro... muy caro. Tan es así que, gracias a sus negocios, tiene que usar en sus camiones privados su placa oficial de diputada para evitar el pago de multas por el “sobrepeso” de sus donaciones.

La funcionaria ejerce el comercio de tierras, bloques, cemento y arena. Fue por ello que en 2009 –unos meses después de llegar a la Asamblea como diputada independiente– logró que el gobierno le aprobara la compra de una tierra que le fue negada en el gobierno anterior. Se trata de un globo de terreno bañado por el Pacífico, de 135 mil metros cuadrados, que compró a 4 centésimos el metro cuadrado, y otros dos lotes, con una extensión conjunta de 50 mil metros cuadrados, por los que pagó 60 centésimos el metro cuadrado.

“Yo me dediqué a [el negocio de] bienes raíces y no de ahora –dice– ese es mi negocio, lo que más plata me ha dado”. Por ejemplo –narra– se compró “un terrenito” de nueve hectáreas en Santa Rosa, Capira, que luego lotificó, “y yo vendo los lotes en mil el metro [cuadrado], un billete ya, sencillo”.
Para darle valor agregado a la tierra que vende, “yo le meto carretera y luz, me gasto un billetito ahí, pero recupero 10 veces [más] de lo que invertí, porque aquí no hay donde vivir, estamos llenos de terratenientes”, expresó la diputada, quien parece olvidar que su negocio es, precisamente, comprar tierras para luego venderlas.

En un rápido vistazo a sus propiedades, este diario identificó al menos unas 20 fincas, con una extensión total de aproximadamente 45.6 hectáreas, por las cuales pagó unos 52 mil dólares, incluidas las 18.5 hectáreas de su residencia en la playa.

La diputada también compró otro globo de terreno en Cermeño (Capira). Son cinco hectáreas por las cuales solo desembolsó 36 dólares a la Dirección Nacional de Reforma Agraria en febrero de 2009. La nueva adquiriente pagó una alteración de turno en el Registro Público en Santiago de Veraguas para inscribir rápidamente la finca.

Una vez con la tierra en sus manos, Ábrego no dudó en protegerla. Este terreno y las 13.4 hectáreas que compró Ábrego en Majagual, en diciembre de 2009, fueron “donadas” por la diputada, el 7 de octubre de 2010, a la Fundación Yem –creada el 4 de agosto de 2010– y que tiene a Ábrego como representante legal y presidenta; Eduardo García (su esposo), como secretario, y a Esther Oralia Smith de Ábrego (su madre), como tesorera.

La Ley 25 del 12 de junio de 1995 que regula las fundaciones de interés privado establece en su artículo 11 que los bienes de las fundaciones “no podrán ser secuestrados, embargados ni objeto de acción o medida cautelar, excepto por obligaciones incurridas o por derechos legítimos de sus beneficiados”.

Este artículo agrega que “en ningún caso responderán por obligaciones personales del fundador o de los beneficiarios”. La ley también establece que para todos los efectos legales, los bienes de la fundación constituirán un patrimonio separado de los bienes personales del fundador.

LA FRUSTRACIÓN DE ÁBREGO

A pesar de compras tan ventajosas, Ábrego no está contenta. Se queja de que su actividad comercial no crece por culpa del cargo que ejerce. “He tenido que aguantar este negocio porque soy diputada. Es verdad, ser diputada me ha jodido el negocio que llevaba viento en popa porque la gente ya te ve como que esta tipa, en vez de solucionar el problema de una vivienda, viene a vender los terrenos. Ahora le vendo a la gente que tiene un poco más de dinero y me manejo así”.

“No soy millonaria –prosigue–, pero tampoco soy una pintada en la pared”, dijo, refiriéndose a las propiedades y empresas que posee, según ella, antes de que tomara posesión el gobierno del cambio. Y pese a que no es ninguna “pintada en la pared”, logró que el Estado se desprendiera de tierras privilegiadas para que ella las adquiriera a solo 4 centésimos el metro cuadrado.

Ábrego se jacta de haber gastado más de 400 mil dólares en su campaña como candidata independiente, suma que equivale a su salario bruto –de 7 mil dólares al mes– en los cinco años que durará su período.

“Yo financié mi campaña política, yo le gané al Partido Revolucionario Democrático, al panameñismo y a Cambio Democrático, que eran una maquinaria política en ese entonces. Eso se hizo con billete y carisma, buscando voto de casa en casa”, dijo la hoy presidenta de la comisión de Educación y Cultura de la Asamblea.


NEGOCIOS ´OFICIALES´

Los negocios de Ábrego abarcan otras ramas. “Yo tengo equipo pesado: un camión volquete y un carro plataforma. Tengo una fábrica industrial de hacer bloques en la que [también] vendo cemento, piedra y arena, todo antes de ser diputada”, insistió.

Una de esas empresas es Bloques del Oeste, ubicada en un terreno de 90 mil metros cuadrados en Santa Rosa. Este diario lo visitó recientemente y no solo notó una gran actividad comercial, sino que aún conserva el letrero de su apertura así como un letrero de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) en el que informa de la aprobación del estudio de impacto ambiental de la fábrica el 19 de abril de 2011.

Aunque la empresa fue creada, según el Ministerio de Comercio en 2007 para la compra y venta al por menor de bloques y materiales de construcción para Residencial del Oeste, en el Municipio de Capira lo que reposa es un permiso de operación otorgado en febrero de este año. Todo esto contrasta con las declaraciones de Ábrego, quien insiste en que este negocio data de antes de llegar a la Asamblea.

En cuanto al “carro plataforma” que mencionó en líneas superiores, este medio también lo vio en acción. Llegó al lugar en busca de materiales, portando nada menos que una placa oficial de la Asamblea Nacional con la numeración 01, asignada a Yanibel Ábrego.

Según la diputada, el camión de su empresa usa su matrícula oficial para “hacer donaciones” y para “sustentar” el “sobrepeso” de sus donaciones. Así que no ve problema en ello, porque para eso a ella la ampara su “derecho constitucional”, ya que es diputada de la República (ver detalle en la fotografía principal).

Ábrego también gestionó ambulancias para su comunidad de electores. Solo que estos se quejan de que nunca las pueden usar. En abril de 2011, la diputada recibió del Ministerio de la Presidencia dos ambulancias, ambas con equipos valorados en más de 80 mil dólares.

Uno de estos vehículos que se convertiría en “el alivio” de los moradores –como anunció en su momento Ábrego–, principalmente para los sectores más apartados de Lídice, estaba estacionada a pocos metros de su casa, ubicada en una barriada que construyó la hoy diputada (ver fotografía).
A pesar de que era un hecho público dónde estaba estacionada la ambulancia, Ábrego lo niega rotundamente. Aseguró que esta estuvo mes y medio en la junta comunal porque el Ministerio de Salud “no asignaba un conductor” para el sector de Nueva Arenosa.

Este diario recorrió el Centro de Salud de Lídice, y la principal queja de los moradores era, precisamente, la falta de ambulancias. “Una de las ambulancias está tirada, dañándose en el patio del centro de salud, y la otra la he visto parada por la barriada de la diputada [Ábrego]”, dijo otro vecino.
El futuro de la diputada tránsfuga, según ella, es prometedor, a pesar de todo. Dice que puede dejar su partido –Cambio Democrático– cuando quiera, y aún así, sus coterráneos no dudarán en reelegirla.
Eso lo decidirán en las elecciones de 2014.

Familia sin luz ... y casa de playa ,iluminada

A 10 minutos de la casa de playa de la diputada Yanibel Ábrego, ubicada en la cima de la península llamada Majagual, en Capira, hay una casa de madera y cinc a punto de caerse donde reside la familia de Belarmino Bultrón.

Bultrón, padre de cinco hijos, se dedica a la siembra de arroz para consumo familiar. Contó que reza cada vez que llueve para no perder su precaria vivienda.
Este sencillo hombre dijo que cada día ve pasar uno de los pick up de la diputada, sin detenerse para ayudarlo.

Otra de sus principales preocupaciones es que no cuenta con energía eléctrica para que sus hijos puedan estudiar. Las guarichas, aunque son sus mejores aliadas, son perjudiciales para la vista de los niños que estudian por largas horas en la noche. Contradictoriamente, hay no menos de 20 postes del tendido eléctrico a lo largo de la carretera privada que llega a la casa de playa de Ábrego que, según dijo a este diario, pagó $30 mil para su colocación. Seis de ellos alumbran la casa de playa de Ábrego.

La diputada posee más de 185 mil 423 metros cuadrados en la península de Majagual –ubicada a 40 minutos de la vía Interamericana– pagados a costo de centavos a la Autoridad Nacional de Administración de Tierras. Se trata de tres terrenos rodeados por playas, que Ábrego compró entre diciembre de 2009 y agosto de 2012.
Ereida Prieto-Barreiro

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