Los jamones de la discoria: empresa juez y parte.
Santiago Cumbrera
La Ley 22 de 2006 establece que la comisión verificadora o evaluadora deberá estar constituida por la entidad licitante.
Uno de los miembros de la comisión evaluadora que participó en la
licitación para comprar 30 mil jamones con fondos públicos, que luego
fueron repartidos por el presidente de la Asamblea Nacional y concejal
de El Chorrillo, Sergio Gálvez, está vinculado con Proveedora Táchira,
S.A., empresa que se alzó con este contrato de más de medio millón de
dólares.
Se trata de Omar Guerra Montiel que, tan solo un día
antes de la licitación –el 28 de noviembre de 2012– fue facultado por
Reyna Antón Canto, presidenta y representantes legal de Proveedora
Táchira, S.A., para representar a esta empresa en la licitación
abreviada.
Lo anterior consta en una carta que envió la empresa a
la junta comunal de El Chorrillo y que fue certificada por Jaime Guillén
Anguizola, notario cuarto de circuito de Panamá (ver facsímil).
Esta
designación no fue impedimento para que Guerra Montiel –en calidad de
miembro de la comisión evaluadora nombrada por la junta comunal de El
Chorrillo– diera su “voto favorable” a la calidad del producto
ofertado [jamones de cerdo ahumado tipo picnic] por Proveedora Táchira,
S.A. que, por cierto, fue el único oferente en esta licitación (ver facsímil).
A
la comisión evaluadora –integrada además por la nutricionista
Yakeida Rodríguez y Damaris de Ramos, contadora de la junta comunal de
El Chorrillo– le correspondió revisar que la empresa beneficiada con
este contrato cumpliera con todos los requisitos y exigencias del
pliego de condiciones.
A juicio del abogado y especialista en
contrataciones públicas, Ernesto Cedeño, ningún miembro de una comisión
evaluadora puede estar vinculado con un proveedor que participe en una
licitación, porque se viola el principio de transparencia y, además,
existe conflicto de interés. “La transparencia debe primar en todo el
proceso de contratación pública”, recalcó Cedeño.
El artículo 20, numeral 5, de la Ley 22 de 2006 –que rige las contrataciones públicas– señala: “los
que sean integrantes de comisiones de evaluación están obligados a
actuar con estricto apego a la ley y a los criterios y metodologías
contenidos en el pliego de cargos”.
Igualmente, la citada norma en el mismo artículo, numeral 2, expresa:
“los funcionarios serán legalmente responsables por sus actuaciones y
omisiones antijurídicas, sin perjuicio de la responsabilidad penal o
administrativa. En este último caso, la actuación indebida se
considerará una falta administrativa grave...” .
Por otro
lado, la Ley 22 de 2006 le concedía un plazo de cinco días hábiles a la
comisión evaluadora para emitir un informe técnico a la junta comunal
de El Chorrillo a fin de adjudicar el acto público. Sin embargo, el
documento fue entregado –en un hecho poco usual– el mismo día en que se
hizo la licitación, según información del portal de PanamáCompra.
Este
diario le dejó mensajes ayer a Keira Navarro, suplente de Gálvez y
encargada de la junta comunal de El Chorrillo, para conocer las razones
por las que aparece un representante de la empresa beneficiada en la
comisión evaluadora, pero no devolvió las llamadas.
VÍNCULOS Y RELACIONES
Aunque
Gálvez ha guardado silencio sobre el origen de los fondos públicos y
las razones que motivaron a comprar los 30 mil jamones a Proveedora
Táchira, S.A. –empresa intermediaria en esta transacción–, se empiezan a
revelar posibles vínculos políticos detrás de esta compra.
Por
ejemplo, Guerra Montiel, designado como representante de Proveedora
Táchira, S.A. –y como ya se dijo, miembro de la comisión evaluadora–
aparece como secretario de la sociedad Exports, S.A., constituida en el
año 2010 y que preside Camilo De La Guardia.
En esa sociedad
también figura como tesorera Reyna Antón Canto, presidenta y
representante legal de Proveedora Táchira, S.A., que el 12 de noviembre
pasado también le vendió [de forma directa] a la Asamblea Nacional
jamones y pavos por más de 95 mil dólares.
De La Guardia es un
exmilitante del Partido Panameñista. Además, su hijo Julio De La Guardia
Arrocha es actualmente embajador de Panamá en la India. El diplomático
abandonó las filas panameñistas en diciembre de 2008 para inscribirse
en el oficialista Cambio Democrático (CD), partido en el que también
milita Gálvez.
En 2009, el entonces candidato presidencial por
Vanguardia Moral de la Patria, Guillermo Endara (q.e.p.d), fustigó a
Gabriel De Janón y a Camilo De la Guardia, entonces directivos de su
partido, acusándolos de haberse plegado “a los ofrecimientos” de su
contendor Ricardo Martinelli, y de merodear en los corrillos alegando
que su candidatura no era legal.
Endara, en la noticia divulgada
por el diario Panamá América, calificó a De Janón y a De La Guardia de
“traidores” y de “andar con maletines llenos de dinero para ofrecerles a
él y a la dirigencia vanguardista para que abandonaran el partido y se
sumaran a la alianza opositora que lidera Martinelli”.
Hoy, De
Janón enfrenta un proceso en la Fiscalía Electoral por el supuesto
ofrecimiento, en abril pasado, de 130 mil dólares al concejal
panameñista Aurelio Alonso (Penonomé) para que se cambiara al partido
oficialista.
Fuentes políticas del Molirena y del panameñismo
confirmaron la relación de amistad entre Camilo De La Guardia, su hijo y
De Janón. También mencionaron que el diputado expanameñista –ahora
Molirena– Francisco Alemán, es parte estrecha de ese círculo de amistad.
Este
medio llamó tres veces al celular de Camilo De La Guardia. La primera
vez contestó y dijo que estaba en una reunión y que devolvería la
llamada, pero no lo hizo, pese a que posteriormente se le dejaron varios
mensajes en su celular.
También se llamó a Reyna Antón Canto,
quien contestó la llamada, pero cuando se le interrogó sobre sus
vínculos con la compra de los jamones de Gálvez, colgó. Ni el diputado
Alemán ni De Janón respondieron a las llamadas que les hizo este diario
a sus teléfonos.
Además, se envió un correo electrónico a la
dirección que aportó Proveedora Táchira, S.A. en esta licitación, pero
al cierre de esta edición tampoco hubo respuesta. A su vez, el teléfono
que proporcionó la empresa en la licitación corresponde a una máquina
de fax.
Los intermediarios
Proveedora
Táchira es la intermediaria que le compró a Corporación
Internacional de Alimentos, S.A. los 30 mil jamones que Gálvez pagó con
fondos públicos.
Corporación Internacional de Alimentos, S.A.
tiene como suscriptor a Claudio Lacayo Álvarez, militante del Molirena y
exsecretario general de ese colectivo oficialista.
La última vez
que Corporación Internacional de Alimentos, S.A. importó jamones fue en
abril de 2012: fueron 830 cajas de jamones (3 mil 500), de 10 libras
cada uno, por las que pagó $65 mil, incluyendo el impuesto de
importación. Su procedencia es Estados Unidos, con fecha de
vencimiento: 2013.
Para esta licitación, Corporación
Internacional de Alimentos, S.A. –presidida por Rafael Larrea– firmó un
“compromiso solidario” con Proveedora Táchira, S.A. en el que se detalla
que están en capacidad de entregar, en un término de 15 días, 30 mil
jamones con las especificaciones que establece el pliego de condiciones.
El compromiso se fijó según un acuerdo de comercialización de los jamones picnic, específicamente, para la licitación aludida.
(Con información de Isidro Rodríguez y Eduardo Mendoza).Proveedora Táchira, S.A. nombró a Omar Guerra Montiel como su representante en la licitación abreviada de los 30 mil jamones que regaló Sergio Gálvez. Guerra Montiel también es miembro de la comisión que aprobó la compra de los jamones.
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