jueves, 11 de octubre de 2012

Parlacen, hoguera y laberinto

El Ejecutivo llevará un proyecto de ley a la Asamblea para reintegrar a Panamá al Parlacen, como lo ordenó un fallo.
Eliana Morales Gil
Más de $3 millones deberá pagarle Panamá al Parlacen en concepto de cuotas atrasadas. La sede de Panamá está abandonada.
Vendió la idea como una promesa de campaña y lo repitió incluso en foros internacionales: que no servía para nada, que era una cueva de ladrones, que el Parlamento Centroamericano (Parlacen) solo le generaba gastos millonarios al país.
 
Incluso, durante una visita a Costa Rica, a finales de mayo de 2009 y a pocos días de ser elegido presidente de Panamá, Ricardo Martinelli arremetió contra este organismo y de paso le dio grandes titulares a la prensa internacional, que seguía expectante los pasos del nuevo mandatario del país más próspero del istmo.
 
Y la noticia ocupó las primeras planas de los diarios centroamericanos al día siguiente: “Martinelli anuncia que Panamá dejará el Parlacen”.
 
“El Parlacen... siempre lo he dicho, no ha representado ningún valor agregado para Panamá... al contrario, cada vez que tenemos un escándalo, involucra a alguien del Parlacen”, estas fueron sus palabras exactas.
 
Antes de eso, el gobernante y su equipo se había encargado de dejar plasmada esa promesa en un documento: el plan de gobierno del Cambio. En la parte correspondiente a política exterior, aparece un párrafo de cinco líneas que abarca la propuesta: “para darle sentido a nuestro papel dentro del Parlacen, se recomendarán e impulsarán profundas transformaciones en dicho organismo regional que permitan evaluar nuestra permanencia en el mismo”.
 
NACE LA LEY
 
Y cumplió su promesa: el 1 de diciembre de 2009, cuando los diputados panameñistas y de Cambio Democrático (CD) alcanzaban el clímax de una luna de miel producto de un matrimonio político que se gestó para desplazar al Partido Revolucionario Democrático (PRD) del poder, fue aprobada la Ley 78 del 11 de diciembre de 2009. 39 votos a favor, 14 en contra, cero abstenciones. Se derogó de esta manera la base legal que le permitía a Panamá estar en el Parlacen.
 
La norma, que el entonces presidente del Legislativo, José Luis Varela, impulsó, estableció que el país abandonaría ese foro el 25 de noviembre de 2010.
 
En Cancillería descorcharon la champaña y en el Palacio de las Garzas también brindaron. Juan Carlos Varela, entonces canciller, cumplía así una de las tareas que Martinelli le había encomendado: dejar a Panamá fuera del Parlacen contra viento y marea.
 
Para la historia quedó una fotografía del 11 de diciembre de 2009, en la que aparecen un sonriente Martinelli y un alegre Varela, junto a la pluma dorada con que el mandatario sancionó la ley.
 
“Como parte de las promesas de campaña, el presidente, Ricardo Martinelli, sancionó este viernes la Ley 78 del 11 de diciembre de 2009 que deroga las leyes que aprueban los instrumentos internacionales relativos al Parlamento Centroamericano”, aseguró un boletín de prensa del Ministerio de la Presidencia.
 
DEMANDAS Y EL FALLO DE HARRY DÍAZ
 
Los recursos contra la disposición no se hicieron esperar, uno de ellos, la acción de inconstitucionalidad presentada por el abogado Julio Berríos Herrera.
En Centroamérica, los países miembros del foro no se quedaron de brazos cruzados. El entonces presidente del organismo, Jacinto Suárez, emprendió una campaña para hacer desistir a Panamá de abandonar el ente. “Si vienen maleantes aquí [al Parlacen] es porque los eligieron sus pueblos”, aseguró el político para adversar aquella famosa frase de Martinelli que satanizó al organismo centroamericano: “el Parlacen es un refugio de maleantes”.
 
Hoy, cuando faltan menos de dos años para las elecciones de 2014, el discurso oficialista dio un giro. Argumentando que se quiere hacer cumplir un fallo de la Corte Suprema de Justicia de febrero de 2012 que declaró inconstitucional la salida de Panamá del Parlacen, el Ministerio de Relaciones Exteriores, con Rómulo Roux a la cabeza, prepara otra ley que le permitirá al país regresar al foro.
La Resolución de Gabinete No. 137, publicada en la Gaceta Oficial 27139 de ayer, y que ordena lo anterior, tiene la firma de Martinelli y de sus ministros, con excepción de la titular de Educación, Lucy Molinar.
 
El fallo, que le dio la razón a Berríos, tuvo como ponente al magistrado Harry Díaz, nombrado en ese puesto por el gobierno de Martinelli. Apoyaron la decisión de Díaz el actual presidente de la Corte, Alejandro Moncada Luna, y Luis Ramón Fábrega, nombrados en el Palacio Gil Ponce por Martinelli. Secundaron la decisión de Díaz, además, los magistrados Harley Mitchell y Luis Carrasco, suplente de Jerónimo Mejía, quienes llegaron a la Corte en el gobierno del expresidente perredista Martín Torrijos.
 
Antes de entrar en el fondo, los magistrados advierten en su fallo, de 62 páginas, que al pleno [de la Corte] no le corresponde analizar la eficacia o conveniencia de que Panamá participe de la institución parlamentaria, sino que se limitarían a opinar sobre la posible violación constitucional. Luego de citar convenios internacionales, y tratados que le dieron vida al Parlacen, la opinión del procurador de la Administración, Oscar Ceville, y de recitar un rosario de artículos de la Carta Política, concluyeron que la Ley 78 del 11 de diciembre de 2009 violó tres artículos de la Constitución, además de tratados internacionales, y, por tanto, es “inconstitucional”.
 
El fallo respaldó lo consignado en la Convención de Viena de que “ningún Estado puede recurrir a su ordenamiento jurídico interno para deshacerse de sus obligaciones internacionales”.
 
EXPRESIDENTES EN EL PARLACEN
 
Los tres últimos mandatarios de Panamá han hecho uso de la silla que tienen reservada en el Parlamento Centroamericano por el mero hecho de haber sido presidentes de un país signatario. Ernesto Pérez Balladares (1994-1999) asumió el puesto a finales de octubre de 1999, y su entrada al ente parlamentario fue muy fiel a su estilo: el día de la posesión viajó a Guatemala en un avión privado junto con su esposa Dorita Boyd, y luego de la ceremonia ofreció una cena a los diputados panameños en el restaurante La Parrilla, contó la prensa local por aquellos días. Se dijo entonces que la inmunidad que le otorgó el foro regional lo mantuvo a salvo de las tormentas que le ocasionó el caso PECC.
 
La expresidenta Mireya Moscoso (1999-2004) ingresó al ente centroamericano en febrero de 2005 en medio de críticas de los propios parlamentarios centroamericanos, a raíz de que la política había dicho un año antes que no ingresaría al Parlacen y que este “se debería eliminar”. En aquel entonces, la Corte cursaba una investigación contra Moscoso por la pérdida, durante su mandato, de las facturas que mostraban el destino de $23 millones de dólares donados por el Gobierno de Taiwan.
 
“Moscoso acusó al Parlacen de ser una cueva de ladrones, y ahora se refugia en él”, opinó Laura Peña, del bloque de diputados del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador.
 
Mientras que Martín Torrijos juramentó su entrada a la institución parlamentaria a finales de agosto de 2009, en Santo Domingo, República Dominicana. A su lado estaba el exvicepresidente y hoy precandidato presidencial del PRD Samuel Lewis, quien también aceptó un puesto en el Parlacen. El hecho se dio en medio de la reapertura del polémico caso Cemis, que tiene entre sus protagonistas al exmandatario opositor.
 
EL PRIMO DEL PRESIDENTE
 
Incluso, Ramón Martinelli Corro, el primo del presidente Martinelli encarcelado en México por la presunta comisión del delito de blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico, ocupó una silla en el Parlacen, en calidad de representante de CD, partido del que es miembro fundador. (Con información de Eduardo Mendoza e Irene Hernández).
 
ENFOQUE
´El gobierno busca refugio en el Parlacen´
Nicolás Jerome*
panorama@prensa.com
 
INCONSISTENCIA. Este gobierno, cuando llegó, descalificó la labor del Parlacen. El propio presidente, Ricardo Martinelli, dijo que era una “cueva de malhechores” y que Panamá debería salirse de este organismo; inclusive ordenó el cierre de su sede en Panamá.
 
En la medida en que el tiempo pasó, el discurso cambió. Vimos a la gobernadora Mayín Correa alistando sus credenciales para tomar posesión. El discurso cambió porque ellos saben que a la vuelta de la esquina, por algunas inconsistencias administrativas, pueden ser procesados penalmente a futuro y están buscando refugio.
 
*Decano de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá.

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