Nueva investigación en Italia
Las autoridades napolitanas tratan de confirmar los vínculos entre Ricardo Martinelli, la empresa impregilo, Valter Lavitola y Rogelio Oruña.
Ereida Prieto-Barreiroeprieto@prensa.com

Rogelio Oruña (en primer plano) acompañó a políticos, al representante
de Odebrecht en Panamá, André Rabello, y a los hijos del presidente
Martinelli a un viaje –en un lujoso ‘jet’ privado– a ver la final del
Mundial de Fútbol en Sudáfrica
¿Qué relación tiene la construcción de un hospital [en Veraguas]
–prometido por el entonces primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi–
con el Metro de Panamá? Esta es una de las interrogantes que se hacen
las autoridades italianas para determinar la existencia de supuestos
actos de corrupción entre empresas de su país, el presidente, Ricardo
Martinelli, y el empresario estadounidense Rogelio Oruña.
Una
nueva investigación iniciaron fiscales italianos sobre corrupción
internacional por el supuesto pago de sobornos, en los que se menciona
la empresa Impregilo –parte del consorcio Grupo Unidos por el Canal,
S.A. que participa en la ampliación del Canal de Panamá–, Martinelli, el
italiano Valter Lavítola y el estadounidense Rogelio Oruña.
Las
miradas de los fiscales de Nápoles Vincenzo Piscitelli, Henry John
Woodcock y Francesco Curcio –responsables de la actual detención de
Lavítola, acusado de corrupción internacional en el caso de
Finmeccanica– fijan su mirada en la supuesta “relación” entre Martinelli
y el expresidente de la empresa Impregilo Massimo Ponzellini, relata el
diario digital italiano Lettera43.
Los fiscales
ordenaron el allanamiento de la sede de Impregilo en Milán, el pasado 15
de abril, para determinar la vinculación de esa empresa con el posible
delito de corrupción internacional de funcionarios, reporta el
mencionado diario italiano.
Los fiscales consideraron reiniciar
las investigaciones, pero ahora dirigidas a las muchas interrogantes que
quedaron sin respuestas, tras los interrogatorios a Ponzellini el año
pasado, producto de la interceptación de conversaciones telefónicas
entre él y el ex primer ministro Berlusconi sobre la construcción de un
hospital.
Específicamente, resalta el Lettera43, los
investigadores están por determinar si, a través de Lavítola, Impregilo
estaba dispuesta a construir un hospital por la supuesta “promesa” que
habría hecho Martinelli de “recompensar” a la empresa con el contrato
para la construcción del Metro.
EL HOMBRE CLAVE
¿Por
qué Ponzellini y Berlusconi hablaron por teléfono de los hospitales?
¿Qué tiene que ver la construcción del hospital con el Metro? ¿Por qué
Martinelli insistió en construir el hospital? Esas son las preguntas que
se hacen los fiscales napolitanos, según Lettera43.
Para
encontrar esas respuestas, las autoridades centran su atención ahora en
Rogelio Oruña, a quien Martinelli “ha confiado” el negocio de los
hospitales en el país (ver recuadro).
“El papel
de Oruña –amigo y persona de confianza del Presidente–, es una
confirmación del hecho de que el destinatario de los sobornos en
cuestión era, precisamente, Martinelli”, según los fiscales, resalta
Lettera43.
“Oruña es un hombre de confianza de Martinelli al que
se le ha confiado la construcción de varios hospitales en el país”,
revelan documentos obtenidos en la investigación de los fiscales, señala
el diario italiano.
En consecuencia, los fiscales han elaborado
una hipótesis, según la cual, los hospitales han podido ser el “canal” a
través del cual “el Presidente [Martinelli] ha recibido dinero y
sobornos a cambio de jugosos negocios concedidos a empresas extranjeras
en su país”.
Entre los registros de llamadas interceptadas figuran
las que mencionan a Devor Diagnostic –sociedad propiedad de Oruña–
señalada como la que se usó para hacer supuestas transferencias de
dinero a políticos de este gobierno y a Martinelli.
La
investigación de los fiscales se basó en la interceptación de una
llamada entre Ponzellini y Berlusconi –el 2 de agosto de 2011–, así como
la confirmación durante el interrogatorio de Ponzellini de haber
recibido “presiones” para construir el hospital, que sería llamado
“Ciudad de Milán”, prometido en 2010 por Berlusconi.
EL PAPEL DE LAVÍTOLA
En
un interrogatorio hecho en noviembre pasado, Ponzellini confirmó a los
fiscales haber recibido “presiones” de Berlusconi y de Lavítola para
donar el hospital.
Antes, en julio de 2012, Ponzellini confirmó a
los investigadores que para llegar a un acuerdo sobre el negocio del
hospital y del Metro, el mediador fue Lavítola, quien, además, exigió
dinero a cambio de la adjudicación del contrato del Metro.
“Lavítola
nos dejó claro que el presidente Martinelli, con el fin de adjudicar
dicho contrato a Impregilo [el del Metro] exigió un reconocimiento
económico para él y su séquito; y de no ser así él, el presidente
Martinelli, habría creado todo tipo de obstáculos, dando a conocer
irregularidades cometidas por la empresa Impregilo. Todo esto, en caso
de que no hubiesen aceptado sus pretensiones y solicitudes”, afirmó
Ponzellini a los fiscales, de acuerdo a Lettera43.
LLAMADA DE BERLUSCONI
Entre las conversaciones interceptadas a Berlusconi, está una realizada el 2 de agosto de 2011 a Ponzellini.
En
ella, Berlusconi le dice a Ponzellini que lo habían llamado de Panamá
para que contactara a los directivos de Impregilo para que llegaran “a
un acuerdo con Panamá en relación a la cuestión de los hospitales, o el
presidente de Panamá [Ricardo Martinelli] dará a conocer a las 19:30
horas, hora panameña, una declaración con el fin de bloquear el trabajo
de Impregilo en el Canal, causando una grave crisis y repercusiones en
la Bolsa de Valores e inversiones para Impregilo”. Según Berlusconi, esa
información se la dejaron por escrito y que “el tal Lavítola, amigo del
Presidente de Panamá [...] me llamó seis veces”.
PROCESO
El
año pasado, los fiscales determinaron, a través de llamadas
interceptadas en octubre y noviembre de 2010, que Angelo Capriotti –de
la empresa Svemark, que pretendía obtener un contrato para construir
cuatro cárceles modulares en Panamá– realizó un “depósito de 64 mil
dólares en efectivo” destinados supuestamente a Martinelli, y a “hombres
de gobierno de su entorno”.
La suma que fue entregada “bajo
expresa indicación de Lavítola, ´director´ de la operación en objeto en
Panamá, en un maletín de color oscuro, en las manos del ´facilitador´
Francisco Martinelli (alias Frankie)...”, dijo Capriotti, detenido en
marzo pasado por las autoridades de su país, acusado del supuesto pago
de coimas a funcionarios panameños.
En el expediente resalta un
depósito de 16 mil dólares, supuestamente destinados a la exministra
Roxana Méndez [hoy alcaldesa capitalina], también por instrucción de
Lavítola, hecho a través de una cuenta de Devor Diagnistic, propiedad de
Oruña, versión que la funcionaria niega.
También se cita un pago
de 530 mil euros (unos 700 mil dólares), supuestamente destinados a
Martinelli y sus allegados en el gobierno, también por instrucción de
Lavítola.
Se intentó obtener la versión del presidente Martinelli
sobre su mención en las investigaciones que se adelantan en Italia, pero
no respondió un cuestionario enviado por este diario.
Interrogado
sobre las investigaciones por posibles actos de sobornos, Oruña
respondió escuetamente a este medio que “eso es viejo y ya se explicó”.
Acto seguido, cerró la llamada.
Rogelio Oruña, empresario de envidiables conexiones
¿Quién
es Rogelio Oruña? Su nombre se ha repetido una y otra vez en las
investigaciones en Italia sobre el escándalo de supuestos sobornos en el
caso de Finmeccanica. Pero también es mencionado en otros escándalos,
tanto en Panamá, como en República Dominicana.
Siete meses después
de la llegada de este gobierno, Oruña obtuvo el primer contrato directo
con el Ministerio de Salud para construir un Minsa-Capsi, con el nombre
del padre del presidente, Ricardo Martinelli, por $5.4 millones, casi
el doble de lo que originalmente fue pactado. También obtuvo dos
contratos directos con la Dirección de Pasaportes por $775 mil, entre
2010 y 2012. Los últimos pasaportes fueron reportados como defectuosos. A
través de IBT Group, Oruña logró contratos por más de $425 millones en
menos de tres años para construir hospitales, principalmente. Se le ha
mencionado en las investigaciones que realiza Italia sobre supuestos
actos de corrupción en los que habría recibido dinero para repartirlo
entre funcionarios panameños por indicación de su “amigo” Valter
Lavítola, como este expresó en una entrevista con el periódico La Prensa.
Y
es que Oruña no niega su amistad con Lavítola, con quien viajó en
septiembre de 2010 a la isla de St. Lucía. Este empresario también ha
disfrutado de actividades deportivas, como el mundial de fútbol en julio
de 2010 en Sudáfrica con funcionarios panameños y los hijos de
Martinelli, y ha departido en fiestas y viajes privados con
funcionarios, incluidos del Ministerio de Salud, con el que tiene
contratos. El pasado domingo, su lujosa residencia en Dominicana fue
allanada por las autoridades, que confiscaron más de $3.3 millones en
efectivo, supuestamente producto del narcotráfico, así como una lancha
que era utilizada por uno de sus empleados para las actividades
ilícitas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario