lunes, 29 de abril de 2013

Mi Bus: fallas, averías y sabotaje

Una visita a los patios de la empresa pone al descubierto carencia de repuestos para los autobuses, lo que agrava el servicio a los pasajeros.


El paro del Metro Bus del pasado 31 de enero le costó el empleo a más de 400 operadores de la empresa Mi Bus.

Hoy, los trabajadores (operadores, técnicos y personal administrativo) de la empresa cuentan que solo una protesta simbólica, en ese momento, sería suficiente para dejar en evidencia la crisis que atraviesa este sistema de transporte.

Los empleados consultados, y que pidieron reserva de sus nombres, señalan que si los operadores hubieran acordado apagar el motor de los buses, los resultados hubiesen sido caóticos.

Más de 150 autobuses presentaban problemas en la batería. “Estos buses no se apagaban y prefirieron gastar dinero en combustible para ocultar su falla”, cuenta una de las entrevistadas.

“¿Cómo habrían hecho para mover ese cajón de 12 metros por 12 toneladas de peso?”, pregunta otro de los empleados que pasó Navidad y Año Nuevo arrancando el vehículo con cables puente (jumpear).

Esa crisis ya fue superada, pero afectó a unos 300 autobuses de los cinco patios existentes (La Doña, Los Pueblos, Ojo de Agua, La Cabima y El Chorrillo) y el provisional en Albrook.

Este hecho fue negado por los gerentes de la empresa Mi Bus desde el pasado 15 de marzo, cuando empezó a funcionar este sistema por completo y se agudizó la escasez de vehículos.

Actuales deficiencias

La empresa Mi Bus permitió una visita al patio de La Doña y explicó que allí todo funciona con normalidad, pero operadores y técnicos aprovecharon la oportunidad para informar que desde la semana pasada no tienen en los depósitos espejos retrovisores, bolsas de suspensión, correas de motor ni tacos de frenos.

También se registran fallas en el motor, que son atendidas por el fabricante (Volvo) como parte de la garantía, pero esto obliga a detener un bus entre una semana y 15 días, dependiendo de la gravedad del daño.

Los empleados agregan que hay trabajos del sistema del acondicionador de aire que no se hacen en ningún patio “... y la gente que se prepare con sus paraguas dentro de los buses, porque ese problema va a seguir”. A esto obedece el goteo que hay dentro de cada bus.

La situación se debe a un efecto de condensación que se da por los cambios bruscos de temperatura y la falta de limpieza de filtros.

Los técnicos de la empresa coinciden con el director de Mantenimiento de Mi Bus, Jaime Cuadra, quien señala que un bus recibe mantenimiento cada 45 días. Sin embargo, los técnicos destacan que en ese lapso si no hay una falla grande no se toca.

Según Cuadra, “el mantenimiento preventivo es tan riguroso, que al final de la concesión en 15 años estos buses deben estar igualitos”.

Todo bajo control

Los problemas en la empresa Mi Bus no solo radican en la carencia de buses y piezas, sino también en la falta de operadores.

Desde el pasado 15 de abril, luego de recibir el pago del décimo tercer mes y el incentivo de $250 que otorgó Mi Bus a los operadores para mantenerse en la empresa por un año, hubo más de 80 renuncias, dicen los propios empleados.

El patio temporal de Albrook es donde más buses amanecen estacionados a falta de conductores.
Al respecto, el gerente general de Mi Bus, Miguel Cardona, informó a este medio que hasta el miércoles pasado tenían dos mil 760 operadores trabajando y dijo que la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) tiene informes del número de obreros.

Además, recalcó que “no hay bus que salga a la calle si no está perfecto y el mantenimiento es permanente”.

Sin embargo, se conoció que los mecánicos, técnicos en refrigeración, chapisteros y eléctricos llevan sus propias herramientas para trabajar, debido a que la empresa aún no ha terminado de suplirlos.
En el patio de La Doña, la chapistería de los buses está en manos de una empresa contratista colombiana, por lo tanto los panameños solo están para reemplazar vidrios rotos.

Mientras que el gerente de la zona Este (Los Pueblos y La Doña), Olmedo Moreno, informó que los buses se reparan en los patios, no en los talleres de los concesionarios. Agrega que este control se da entre 9:30 a.m. a 4:00 p.m., que es cuando baja la demanda de usuarios.

Sabotaje 

Irónicamente, hasta los propios operadores agudizan la falta de piezas al incurrir en sabotaje.
Esto se debe al descontento que hay de algunos conductores que están incurriendo en la práctica que ellos han denominado “bomba y plena”.

Esta consiste en desconectar fusibles del sistema eléctrico del torniquete de ingreso, lo que impide el acceso de los usuarios, por ende no se detienen en las paradas. En otros casos dan acceso al usuario sin pagar.

La mala práctica les permite recorrer la ciudad sin detenerse en las paradas mientras que el rutero les indica “en tránsito”, a pesar de que las paradas están llenas de usuarios.

Todas estas acciones son por el descontento de los operadores, quienes tras las renuncias y despidos de sus compañeros han tenido que asumir más horas de trabajo.

Hay operadores que reciben una hoja de ruta (que ellos llaman sercom) de hasta 14 horas, pero solo les pagan dos horas de sobretiempo y les dan otras dos horas de descanso, a veces intercaladas.

Últimamente lo que hacen los operadores es trabajar sus ocho horas. Luego se van a la oficina administrativa más cercana para registrar su trabajo. Allí les sellan, firman y suspenden labores.

Falta de supervisión

Para el presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de Panamá (SPIA), Rodrigo Sánchez, “no vemos quién supervise las afectaciones para mejorarle o aliviarle la carga al usuario”.

Para Sánchez, la empresa Mi Bus no tiene la cantidad de buses para movilizar a los pasajeros en las horas pico.

“Ni siquiera fuera de las horas pico el sistema es capaz de cumplir con la frecuencia mínima”, afirma el presidente de la SPIA.

Mientras que para el comisionado de la Asociación de Transporte Público Movimiento 23 de Octubre, Osvaldo Vargas, y la representante de los usuarios ante la junta directiva de la ATTT, Lucía Perea, la falta de piezas de Mi Bus no debe afectar el servicio de Metro Bus, pero puede estar pasando por falta de una inspección seria de las autoridades.

“Esto lo hemos denunciado a la ATTT, pero no nos da informes de si hace esas inspecciones y qué es lo que encuentra, porque es juez y parte del sistema”, afirma Vargas.

Perea adopta un tono sarcástico para referirse al tema. “A mí me gustaría vivir en la barriada ´en tránsito´, ya que casi todos los ruteros de los buses dicen que van en esa dirección. Así llego más rápido a mi casa”.

Desde la ATTT se comunicó que no tiene información sobre la falta de piezas que enfrenta Mi Bus.
Añade que personal de la ATTT ha constatado durante inspecciones realizadas que la cantidad de buses que están en mantenimiento es la normal, pero no precisa cantidades.

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