Bienes de Murcia, un enigma
El Ministerio Público afirma que hay un inventario detallado, ero la defensa del colombiano destaca que la información no es precisa.
José Otero
Cuatro años y cuatro meses después de que el llamado “rey de las
pirámides”, el colombiano David Murcia Guzmán, fuera detenido en Panamá y
entregado a las autoridades judiciales de su país, el destino de sus
lujosos y excéntricos bienes confiscados es un misterio.
Murcia está preso en Estado Unidos, donde fue condenado, en 2011, a nueve años de cárcel por lavado de activos.
Entre
sus propiedades en Panamá hay diez carros –de los cuales seis son de
lujo–, dos apartamentos, tres motocicletas, tres aviones, prendas de
oro, diamantes, cuadros de pintores famosos, mobiliario de oficina, ropa
y 1.3 millón de dólares depositados en cuentas bancarias.
De
acuerdo con la fiscal decimocuarta de Circuito, Elena Cedeño, encargada
del proceso por captación ilegal de fondos que se le sigue a Murcia en
el país, hay un inventario de todos los bienes, algunos de los cuales
ya fueron subastados.
Cedeño afirmó que cada cierto tiempo se hace
una inspección a las propiedades y se rinde un informe al Juzgado
Decimoquinto Penal, encargado de su custodia.
Pero Ronier Ortíz,
el abogado que representó a Murcia en los cuatro procesos que se le
siguieron en Panamá –tres de estos cerrados o archivados por falta de
pruebas– dijo desconocer dónde está la mayoría de esos bienes y anunció
que presentará un recurso legal ante el Juzgado Decimoquinto Penal
para que le entreguen las propiedades a su cliente.
Agregó que
la nueva petición se sumará a las órdenes de devolución que, en dos
oportunidades, ha dictado el Juzgado Tercero Penal, después de que se
ordenara el archivo del proceso que se le siguió por blanqueo de
capitales, en septiembre de 2011.
Según el abogado, las órdenes
han sido incumplidas porque el proceso por captación ilegal de fondos
se mantiene abierto en el Juzgado Decimoquinto Penal, que dos veces ha
pospuesto el juicio ante la imposibilidad de notificar a varios de los
ochos imputados, entre ellos, al propio Murcia.
La nueva fecha de audiencia fue fijada para septiembre próximo.
El paradero
Los
seis vehículos deportivos de lujo confiscados a Murcia, de las marcas
Maceratti, Lamborghini y Ferrari, valorados entre $250 mil y $350 mil
cada uno, desde enero de 2009 están en el patio de la sede de la
Policía Nacional (PN), en Ancón.
Ortíz expresó que dos
Lamborghini (uno amarillo y otro naranja) fueron pintados de blanco y
son utilizados por la PN, sin la autorización del juzgado.
La PN solo reconoce el uso de uno de esos automóviles, modelo LP 560-4, en “calidad de préstamo”.
En
este sentido, Ortíz anunció que presentará una denuncia por daños y
perjuicios contra la PN y el Ministerio Público, encargados de su
custodia.
Y es que, según él, nadie le da mantenimiento a estos “valiosos y delicados” automóviles que, afirmó, se deterioran.
De estos seis autos, cinco están a nombre de sociedades anónimas, supuestamente, de papel.
El
otro, un Ferrari G12 Scaglietti, está registrado a nombre de Harmodio
Villarreal, exdiputado suplente del Parlamento Centroamericano por el
Partido Revolucionario Democrático.
El resto de la flota incautada, incluyendo las motos, Ortíz no sabe dónde está.
También ignora el paradero de ocho cuadros de pintores famosos, decomisados en los apartamentos del colombiano.
“No
sabemos si fueron vendidos o licitados. Lo que sí podemos afirmar es
que hemos visto algunos en la Procuraduría de la Nación”, destacó.
Al
respecto, Ana Matilde Gómez –que era procuradora general de la Nación
cuando Murcia fue detenido– dijo desconocer las afirmaciones de Ortíz.
“Muchas
veces se pide al Centro de Custodia del Ministerio Público algunos de
los objetos incautados para usarlos en los despachos o adornar oficinas,
como una forma de darles mantenimiento, pero desconocemos si se usaron
esos cuadros”, recalcó.
En el aire
Otro de los enigmas que hay sobre los bienes de Murcia es la ubicación de los tres aviones que supuestamente tenía en Panamá.
Según
Ortíz, lo poco que se conoce de este tema es lo declarado por el propio
Murcia en una entrevista que brindó a este diario en 2009, cuando aún
estaba detenido en Colombia.
Esa vez le reclamó al panameño
Ernesto Chong Coronado (que estuvo señalado en uno de los procesos que
se abrieron en Panamá) por un avión Cessna Citation II 550 (modelo
1980), que Aseguradora Mundial valuó en $2 millones.
Este medio
tuvo acceso a varios documentos, entre estos uno que se señala que esta
nave figuró, por lo menos hasta enero de 2007, a nombre de la sociedad
Waipunalei Inc, una supuesta empresa que después estuvo ligada con la
red de sociedades creadas por Murcia en Panamá.
Otro documento
fechado el 27 de septiembre de 2006 da cuenta de que Murcia recibió una
propuesta de la empresa PMC Group para el registro “de su avión”, en la
que detalla que la máquina sería inscrita bajo una sociedad panameña.
Según
la nota, esa sociedad se utilizaría únicamente para registrar la nave
como su propiedad, “de modo que no se vincule con ninguno de sus otros
activos, debido a los diferentes riesgos en que incurre este tipo de
equipos”.
Entre los papeles hay un correo electrónico enviado por
PMC Group a un empleado de la comercializadora DMG, en el que se
reconoce que Murcia es dueño de la aeronave, aunque “no el único”.
Por
otra parte, de acuerdo con el propio Murcia, su otro avión, un Cessna
550, operó desde el aeropuerto de Albrook hasta septiembre de 2008.
En
la misma entrevista a este diario, Murcia citó unos diamantes
valorados en un millón de dólares, que supuestamente le entregó a uno
de sus guardaespaldas cuando fue detenido en Panamá y cuyo paradero se
desconoce.
Ortíz manifestó que las autoridades tampoco le han
informado qué hicieron con los muebles de oficina y la ropa confiscada a
su cliente, cuyo valor suma cientos de miles de dólares.
Sobre
los tres apartamentos y las dos oficinas que las autoridades le
endilgaban a Murcia, estaban alquiladas; por ellas el colombiano
llegó a pagar una renta de hasta 8 mil dólares mensuales.
De lo
que sí hay información es de la embarcación Moppie 57, un yate
confiscado a Murcia. Aunque estaba valorado en 1.2 millón de dólares,
el Ministerio Público lo subastó por 600 mil 100 dólares a la empresa
Cardoze & Lindo, en diciembre de 2009.
El dinero recaudado en
esta subasta, convocada por el Centro de Custodia de Bienes y Fondos
Cautelados del Ministerio Público, se destinaría a resarcir a los
clientes locales afectados por el cierre de las empresas de Murcia,
cuyas pérdidas en el negocio piramidal fueron calculadas en unos 3.5
millones de dólares, por la Procuraduría de la Nación.
Más de
cuatro años después, no hay información confirmada en cuanto a si los
más de 800 cuentahabientes de la comercializadora recibieron alguna
compensación con los bienes subastados.
Entre los bienes también
figura 1.3 millón de dólares congelados en varias cuentas bancarias que
tenía Murcia, por órdenes que dictó en noviembre de 2008 el Juzgado
Tercero Penal.
Este diario consultó al Juzgado Decimoquinto sobre el estatus de las propiedades, pero no hubo respuesta.
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