viernes, 22 de febrero de 2013

Alumno de Berlusconi
DEMETRIO OLACIREGUI Q.
 
 Alumno de Berlusconi



No hay que asombrarse de que Ricardo Martinelli hiciera añicos su falso talante conciliador con el que trató de seducir en año nuevo a la ciudadanía. Como aplica a la política los mismos métodos de comerciante sin escrúpulos, cree que el país es su franquicia y que todos, incluyendo los medios de comunicación independientes, deben doblegarse ante sus imposiciones y caprichos. El sonado caso de los contratos directos de artistas en carnaval, son solo el último episodio de una larga lista de negocios oscuros con empresas que actúan como extensiones del Estado.

‘Ya estoy harto, hastiado’, bramó Martinelli, en reacción a las noticias que ponen en evidencia la corrupción que asfixia su régimen autoritario. Más amenazas, más intimidación, más persecución, cuando los hastiados son los ciudadanos panameños a quienes Martinelli atropella, humilla e irrespeta diariamente.

Nuevamente se desbarrancó, porque es un individuo incontinente que desconoce lo que es moral pública y ética política. Al final, es un aventajado alumno de su maestro y mentor, Silvio Berlusconi. 

Precisamente en estos días la campaña electoral para las legislativas del próximo fin de semana se eclipsó en Italia, por el anuncio de la renuncia del Papa Benedicto XVI, víctima de las conspiraciones la curia romana, el llamado Club de Roma. 

Lo revelador es que con la dimisión del Papa, Berlusconi ha aparecido entretejido en actos de corrupción y lavado de dinero, en el banco del Vaticano, con prominentes figuras de la mafia y contratistas del Estado italiano. 

Por eso hay quienes consideran que la dimisión del Papa tendrá consecuencias importantes en la votación, contrariando el avance de Berlusconi en los sondeos y fijando la atención de los electores en la estela de corrupción e inmoralidad de Il Cavaliere. 

Berlusconi, técnicamente retirado, regresó a la política para evitar que los jueces lo manden a la cárcel. Experto en ganar la diaria batalla de los titulares de los medios de comunicación, sobre los cuales ha construido su imperio, Il Cavaliere posee una casi inagotable capacidad de asombrar a la opinión pública. Después de estar en el sótano de las encuestas, una exposición de 64 horas en la televisión en el lapso de dos semanas, le permitió colocarse a cinco puntos del líder de la centroizquierda Pier Luigi Bersani. La centroizquierda se ha visto afectada por comisiones ilegales en la venta del Monte dei Paschi, el banco de Siena, históricamente vinculado al Partido Democrático de Bersani. El exclusivo patrimonio de la corrupción de la que Berlusconi ha hecho una razón de Estado, salpicó a la centroizquierda. 

Las comisiones ilegales, que saltaron a la luz hace dos décadas, se han convertido nuevamente en pan cotidiano en Italia. El arresto de Giuseppe Orsi, directivo del fabricante de armamento Finmeccanica, por pagar sobornos para vender helicópteros a la India por $900 millones, solo encontró críticas en Berlusconi. ‘Nosotros calculamos lo que tenemos que pagar: tanto para la adjudicación, tanto para quien sea. Tanto para construir un hospital que nos pide un presidente de la República con quien estamos negociando. No es un delito. Se trata de pagar coimas en aquel país, porque es la regla de aquel país. Si no queremos pagar coima, nos quedamos en casa y no vendemos nada’, dijo Berlusconi. La referencia, Martinelli. El país, Panamá. 

Con el arresto de Orsi, la justicia italiana ha descabezado a Finmeccanica, sobre quien pesa el haber pagado sobornos a altos funcionarios panameños por la compra de equipo de seguridad por $250 millones. 

El peor escenario para Italia y Europa sería el retorno de Berlusconi al poder, después de verse forzado a renunciar envuelto en un total descrédito. Sus ocho años de gobierno, son un legado de corrupción, vínculos con el crimen organizado, abuso sexual, persecución política y destrucción de la vida institucional. Representan un anticipo de lo que podría sobrevenir si el nefasto personaje retomara las riendas del poder en Italia. 

Su reproducción local, Martinelli, está dispuesta a torcer cuanta norma constitucional exista para perpetuarse en el poder, aunque de por medio arrastre al país hacia una confrontación social. La inestabilidad, la incertidumbre, los atropellos y humillaciones que acompañan a Martinelli son suficientes motivos para que la oposición política, los gremios organizados, los sindicatos, la sociedad civil y los ciudadanos honestos de este país levanten su voz y digan basta ya a tanta indecencia e inmoralidad. 


Periodista y docente universitario.

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