Mulino confirmó coacción y retrocede como el cangrejo.
De acuerdo con el funcionario, el subdirector de
la PN le dijo que si no retiraba el proyecto, las tropas podían cerrar
filas contra él.
Elio Núñez
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Al confirmar ayer que se queda en el Gabinete, el ministro
de Seguridad, José Raúl Mulino, dijo que el subdirector de la Policía
Nacional (PN), comisionado Eduardo Serracín, y una funcionaria de dicha
entidad intentaron coaccionarlo para que echara para atrás el proyecto
de ley que crea una oficina única de asuntos internos para la fuerza
pública, so pena de que la tropa “cerrara filas” en su contra.
En efecto, Mulino confirmó ayer que Serracín y la jefa de la
Dirección de Responsabilidad Profesional, Kauris Amador, lo visitaron en
su despacho la semana pasada, pero no detalló qué día.
Precisó que ambos funcionarios le advirtieron que si seguía adelante
con el referido proyecto de ley, las tropas podrían “cerrar filas”, a lo
que él reaccionó airado.
“Quiero entender que no quiso decir lo que me dijo, pero tampoco se lo iba a tolerar a ella ni a Serracín”, expresó.
Mulino señaló, pese a la gravedad del hecho, que no ejercerá ninguna
acción contra los funcionarios, pues ello compete al nuevo director de
la PN, Julio Moltó.
De acuerdo con el artículo 57 del Decreto Ejecutivo 204 del 3 de
septiembre de 1997, que reglamenta la Ley Orgánica de la PN, las
sanciones contra el subdirector recaen en el Presidente de la República,
el ministro de Gobierno y Justicia, el director de la institución, [y]
las juntas disciplinarias.
“Repito, yo nunca me he metido en el día a día de la PN ni en quién ponen ni quitan”, agregó.
Informó que hoy espera reunirse con Moltó, a quien calificó como “una
persona con entereza, que tiene capacidad y honestidad”, así como con
los otros jefes de los estamentos de seguridad, para coordinar la nueva
etapa de trabajo.
De vuelta
En tanto, justificó la decisión de reconsiderar su renuncia en el
impacto que, a su juicio, causó la carta entregada al presidente,
Ricardo Martinelli, por lo cual dijo sentirse satisfecho.
En dicha misiva, Mulino precisaba que la actuación del director de la
PN, Gustavo Pérez, el jueves 8 de marzo pasado fue “sencillamente
inaceptable, ilegal e inconstitucional”, y advirtió del peligro para la
democracia si se le permitía seguir actuando de esa forma.
Ayer, sin embargo, se refirió a Pérez como a un “amigo” y aclaró que
las diferencias con este fueron institucionales, por lo que le ofreció
su “mano amiga como persona”.
Y al preguntársele sobre el trato que en lo profesional deberá tener
con Pérez, designado como nuevo secretario ejecutivo del Consejo de
Seguridad, el ministro precisó que esta entidad no está bajo el éjida de
la cartera que él dirige.
Descartó la posibilidad de que tenga otro percance con Pérez. “No
tiene porque haberlo. Él maneja un organismo de inteligencia muy pequeño
y limitado, alejado de mi ministerio”, dijo.
Reconoció lo polémica que ha sido su gestión, pero se justificó al
señalar que sabía que combatir la delincuencia asociada al narcotráfico
le daría problemas. “Eso venía con el cargo y nunca dudé en hacerlo
bien, con el apoyo de la fuerza pública”, dijo.
Aclaró, además, que cuando dijo que no era hombre de renuncias lo
hizo en “un clima de perversidad por parte de políticos que emitieron
comentarios relativos al tema de los radares”.
Reacciones
La exministra de Gobierno y Justicia Olga Gólcher consideró que la
decisión de Mulino de quedarse en el cargo es denigrante para la
profesión de abogado y para un cargo público como ese. “Es algo
sorprendente, porque incluso en su carta mencionó que Pérez había
faltado a la institucionalidad y mencionó cargos”, opinó.
También consideró que Pérez fue premiado al ser nombrado jefe del Consejo de Seguridad.
Por su parte, el exjefe de esa entidad Pablo Quintero dijo respetar
la decisión de Mulino, pero aclaró que no le sorprende, porque el
gobierno “siempre dice una cosa y se sale con otra”.
Mediante un comunicado, la Asamblea Ciudadana criticó a Mulino y
consideró que este le debe una explicación al país, que creyó en sus
denuncias, en el sentido de la ilegalidad de la actuación de Gustavo
Pérez.
“Con su postura, se convierte en cómplice de la conducta delictiva de Pérez, que él mismo denunció”, dijo.
Apede pide al gobierno respetar la ´Constitución´
Al tocar el tema sobre la insubordinación del director de la Policía
Nacional (PN), Gustavo Pérez, frente al proyecto de ley impulsado por el
ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, para la creación de una
oficina única de asuntos internos, la Asociación Panameña de Ejecutivos
de Empresa (Apede) pidió al gobierno respetar la Constitución y
preservar los principios de la institucionalidad y la gobernabilidad.
A través de un comunicado, la Apede indicó que la Carta Magna es muy
clara al señalar que “los servicios de policía no son deliberantes y sus
miembros no podrán hacer manifestaciones o declaraciones políticas en
forma individual o colectiva”.
La organización precisó, además, que el Consejo de Gabinete es una
instancia respaldada por la Constitución y la ley para adelantar
iniciativas como la presentada por Mulino, por lo que la forma como se
le contravino “no es la formal en un estado de derecho”.
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