martes, 20 de diciembre de 2011

Panamá se queda sin respuesta

El Gobierno de Italia se distancia de Finmeccanica tras la petición de Panamá de que aclarara la transparencia de la compraventa de equipos de seguridad.
Lina Vega Abad
Santiago Cumbrera
 
  “Se trata de una relación estrictamente comercial de Finmeccanica, por lo que el Gobierno italiano no tiene nada que decir”. Ese fue el escueto comentario que hizo un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores a este diario el lunes en la mañana, en relación a la petición del Gobierno panameño de que aclarara que las contrataciones con el conglomerado italiano habían sido “transparentes”.
El funcionario italiano no hizo alusión alguna al convenio bilateral firmado el pasado 30 se junio de 2010 entre el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, y el hoy exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, y que sirviera de sustento a los contratos por unos $250 millones con el grupo empresarial italiano para la compra de radares, helicópteros y cartografía digital.
Por parte de Finmeccanica tampoco hubo reacción. Todos los esfuerzos para lograr una entrevista con algún ejecutivo o vocero del grupo fueron inútiles. Este diario acudió incluso a las oficinas centrales de Finmeccanica en Roma, pero nadie quiso hablar del tema.
Tampoco fue posible confirmar la ruptura de relaciones entre Selex –la empresa del grupo italiano que vendió los radares a Panamá– y Agafia, la sociedad anónima panameña presidida por la supuesta pareja de Lavítola en Panamá –Karen De Gracia– que se ganaría una comisión del 10% del costo de los radares.
La supuesta ruptura se conoció el pasado 7 de diciembre a través de una carta emitida por Selex el 17 de octubre, que sin embargo no tiene el nombre de la persona que la habría firmado.

Una empresa cuestionada

Mientras, el senador Elio Lannutti, que lleva años cuestionando los manejos de Finmeccanica y Valter Lavítola –hoy investigado por la justicia italiana por peculado, concusión, corrupción e instigación a la corrupción de personas en el ejercicio de funciones públicas–, declaró a este diario que ha hecho no menos de 40 interpelaciones parlamentarias sobre el tema. Con Berlusconi como primer ministro nunca tuvo respuesta, se quejó.

“No sé qué pasará en el ámbito político ahora, pero al menos el nuevo primer ministro, Mario Monti, ha dado señales, con las salidas de los esposos Pier Francesco Guarguaglini y Marina Grossi, exdirectores de Finmeccanica y Selex, respectivamente, de que las cosas van a cambiar”, comentó el senador italiano.
Sin embargo, Lannutti se lamentó de que Guarguaglini fuera indemnizado con unos 6 millones de euros. “Con el descrédito que ha sufrido Finmeccanica y la caída del valor de sus acciones debería entablarse una acción de responsabilidad civil contra él y otros”, añadió con evidente disgusto.
Interrogado sobre la citada carta de Selex a Agafia, Lannutti afirmó que investigaría si realmente fue emitida por directivos de Selex.

Opositores cuestionan compra a Finmeccanica

El vicepresidente, Juan Carlos Varela, reveló que Valter Lavítola pretendía vender aviones a Panamá, pero no precisó si el proveedor sería Finmeccanica.
Explicó que empezó a tomar distancia de Lavítola cuando le dijo que no lo nombraría cónsul honorario como se lo pidió el presidente, Ricardo Martinelli, lo que –dijo– fue respaldado por el excanciller italiano Franco Frattini. Varela aseguró que favoreció la compra de helicópteros, no así de los radares, pero que por ser parte de un equipo votó a favor de todo.

“Nosotros tenemos suficiente información disponible de Key West [Florida, EU] para intercepciones. El sistema de lucha antidrogas opera en ese lugar”.

A Lavítola “se le fue la mano” y abusó de la confianza, dijo Varela, quien añadió que el italiano tuvo contacto por primera vez con el Gobierno panameño en septiembre de 2009, cuando Martinelli viajó a Italia. “Él [Lavítola] apareció en el almuerzo del Palacio con Berlusconi y allí lo presentan [...] Había una fricción con la empresa Enel de electricidad y Lavítola aparece en el almuerzo como asesor de Berlusconi”, dijo Varela.

Balbina Herrera, dirigente del PRD, cree que el Gobierno debe estar protegiendo a Lavítola puesto que le tenía seguridad presidencial y le prestaban helicópteros y aviones. Insistió en que “hay que aclarar por qué se dijo que los radares costaban $125 millones y que las obras civiles serían por cuenta de Selex, pero ahora, tras conocerse los contratos, resulta que eso le corresponde a Panamá”. Herrera dijo estar dispuesta a ayudar a la justicia italiana. Admitió que el italiano Mauro Velocci –que pretendía construir cárceles en Panamá– fue quien le entregó personalmente los correos divulgados en las últimas semanas.

“Nuestra intención [enfatizó Herrera] es que Martinelli no se caiga, sino que sepa que lo estamos vigilando... Romper el orden constitucional no es lo correcto”.
Santiago Cumbrera

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