jueves, 17 de mayo de 2012

Llegada de lanchas, incierta

Este mes se cumplen dos años desde que se habló por primera vez de las embarcaciones y aún no hay una fecha precisa de su llegada al país.
Elio Núñez
 
Martinelli mostró, en abril pasado, fotos de las patrulleras bautizadas con los nombres de los expresidentes Endara, Pérez B., Moscoso y Torrijos. Tomado de la página web de la Presidencia
 
Pese a que el presidente, Ricardo Martinelli, anunció el 19 de abril pasado que en “unos 30 días” llegarían al país cuatro de las seis patrulleras donadas por Italia como parte de los contratos firmados por Panamá con el conglomerado de ese país Finmeccanica, y aunque ya transcurrieron dos años desde que se informó al país sobre esa donación, todavía ayer no había una fecha precisa de la llegada de los equipos al territorio nacional.

Fuentes del Ministerio de Seguridad confirmaron que la única información que se tiene es que las lanchas llegarían a Panamá a finales de este mes.

El primero que habló de estos equipos fue el canciller Juan Carlos Varela, al confirmar en mayo de 2010 la agenda de la visita al país del entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el 30 de junio de ese año.
Luego, en julio de 2010, el presidente Martinelli confirmó la donación en un acto en la Policía Nacional; el ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, hizo lo propio en septiembre, y en octubre, el mandatario volvió a hablar del tema al defender la compra de seis helicópteros a la empresa Agusta Westland, filial de Finmeccanica.

En abril pasado, Martinelli insistió en que las patrulleras valen más de 150 millones de euros (191 millones de dólares), pero el empresario italiano Valter Lavítola declaró el 25 de abril pasado a la Fiscalía de Nápoles, que lo investiga por corrupción internacional tras el supuesto pago de sobornos a funcionarios panameños, que las lanchas son “barcas viejas”, es decir, equipos usados por la Guardia Costera italiana, que ya estaban en desuso y que tras la firma de los contratos con Finmeccanica fueron sometidas a un retoque valorado en unos 18 millones de dólares.

Lavítola fue clave en la firma de los contratos con Finmeccanica.

Según Martinelli, cuatro de las patrulleras llevarán los nombres de los expresidentes Guillermo Endara, Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos.

Al respecto, Moscoso dijo ayer desconocer que su nombre sería usado en una de las lanchas, que nadie le había dicho nada, y que no opinaría sobre el tema. Supuso que el Gobierno le informará en cualquier momento de la utilización de su nombre.

Luis Carlos Cabezas, abogado de Pérez Balladares, admitió que este ya sabe del uso de su nombre en una de las patrulleras, pero no dio detalles sobre lo que opina al respecto su cliente. Quedó en aportar más detalles, pero al cierre de esta edición no lo había hecho.

Por su parte, Javier Yap, nieto del finado expresidente Endara, dijo que su familia no ve con buenos ojos el uso del nombre de este en una de las embarcaciones; y Torrijos no contestó.
El vocero del Ejecutivo, Luis Eduardo Camacho, anunció que la próxima semana el Gobierno dará detalles respecto a todo lo relacionado con estos equipos.

Presidente de Svemark confirma sobornos

El presidente de la empresa Svemark en Italia, Antonio Puchica, confirmó a la radio y televisión de ese país (RAI) que el conglomerado Finmeccanica los obligaba a pagar coimas para firmar contratos.
Según Puchica, citado ayer por el corresponsal de Radio Panamá en Italia, Joan Solés, las coimas eran por unos 2.2 millones de euros (2.8 millones de dólares) y se ponían a disposición de Finmeccanica a través de sociedades en Suiza.

En Panamá, Svemark fue constituida en febrero de 2011 en la Notaría Cuarta de Panamá, según la escritura 3791, con los siguientes socios: Mauro Velocci, Sara Gracci y Pablo Pasalacua, este último detenido en Nápoles en el mismo proceso por corrupción internacional por el cual está preso Valter Lavítola.

Lavítola fue clave en la negociación entre Panamá y Finmeccanica por 250 millones de dólares, y se le acusa de haber pagado coimas a funcionarios panameños dentro de una negociación para la construcción de cárceles modulares en Panamá, que se gestionó con Svemark, pero no se concretó. Velocci, testigo clave de la Fiscalía de Nápoles, ha dicho que sí se pagaron sobornos para el negocio de las cárceles en Panamá, pero las autoridades panameñas lo niegan.

Según Solés, la investigación contra Lavítola por corrupción internacional casi terminó y por ello la fiscalía autorizó su traslado a Bari, donde se le acusa por proveer prostitutas para fiestas del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Y también tiene pendiente un proceso en Roma por el desvío de unos 30 millones de dólares de fondos públicos hacia el diario Avanti.

Entre las últimas diligencias del caso, la fiscalía napolitana allanó las oficinas de Svemark en Milán y decomisó documentos y computadoras.
Rafael Luna Noguera

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