martes, 2 de julio de 2013

Crónica del primer Minsa-Capsi

En 2011 se inauguró el primero de una decena de Minsa-Capsi, el cual no ha resuelto las necesidades del sector este.

Aet Elisa Tejera C. 

El único Centro de Atención Primaria de Salud Innovadora (Minsa-Capsi) que ha inaugurado el gobierno de Ricardo Martinelli no funciona como el Presidente había prometido.

La instalación, ubicada en Las Garzas de Pacora, que lleva por nombre Ricardo Martinelli Pardini ­en memoria del padre del Presidente de la República­ tiene déficit de médicos especialistas, no hay suficiente inventario de medicamentos y opera con un horario reducido.

De hecho, desde el pasado 13 de junio, el hospital decidió limitar el servicio de urgencias, dependiendo de la condición de los enfermos.

Todas estas fallas, según denuncian los usuarios, les obligan a utilizar los mismos centros de salud a los que asistían antes de que se construyera el Minsa-Capsi de Las Garzas de Pacora, a un costo de $5.4 millones.

La estructura y su equipamiento estuvo a cargo del consorcio Constructora Real, S.A. y Design Build & Engineering Panamá Inc. de la mano de Rogelio Oruña, empresario cubano-estadounidense que se autodenomina representante de IBT Group en Panamá.

IBT Group es la empresa encargada de otros cinco centros de salud en el interior del país, a un costo de $30.1 millones, a los que el Ministerio de Salud (Minsa) ha otorgado prórrogas ante los atrasos en la ejecución de las obras civiles.

Esta compañía ha aprovechado varios contratos en el área de salud que, sumando los Minsa-Capsi, totalizan $393.2 millones.

Un tropiezo tras otro
Como presagio de los malos tiempos, el proyecto de Las Garzas de Pacora desde sus inicios tuvo tropezones.

La Contraloría General de la República le negó en 2009 el refrendo del contrato, que se dio de forma directa, entre el Minsa y el consorcio Constructora Real, S.A. y Design Build & Engineering Panamá Inc.

La entidad, liderada en aquel momento por el contralor Carlos Vallarino, durante el periodo de transición de gobierno, advertía de serias anomalías que podían ser “riesgosas para el Estado”.

Una de ellas era que no se suministró el listado de los equipos de oficina, mobiliario de hospital y equipo biomédico con sus catálogos, especificaciones y precios, para así evaluar su costo y calidad.

También se mencionó la posible vinculación de Oruña en una supuesta malversación de contrataciones públicas para suministro de equipo y otros en República Dominicana y México.

Finalmente, cuando la Asamblea Nacional nombra a la contralora Gioconda de Bianchini, la empresa tiene luz verde para hacer la obra y se firma el contrato gestado por la vía rápida, la vía directa.

Así, en junio de 2011, una enorme comitiva de Gobierno se trasladó al sector de Pacora para hacer el corte inaugural de cinta en el centro de salud.

Promesa incumplida

Siendo el primero de los 32 Minsa- Capsi que se construirían en todo el país, las autoridades del sector salud y el presidente Martinelli indicaron que la estructura estaba equipada en su totalidad con la más avanzada tecnología médica y atendería las 24 horas a cerca de 200 mil personas.

Unos 46 administrativos y 75 del sector salud estarían al tanto de todos los pacientes. Pero la falta de insumos hospitalarios, la absoluta ausencia de médicos especialistas y un horario irregular de atención acabaron con las expectativas de los moradores de Pacora, La Mesa, Felipillo, Nueva Esperanza, Paso Blanco y otros sectores aledaños.

A dos años de aquel discurso, el relato de Sara Ibarbe sepulta las palabras del presidente Martinelli.
Ibarbe vive a cinco minutos del Minsa-Capsi, sin embargo, asegura que conseguir una cita es casi imposible, precisamente por la cantidad limitada de doctores que atienden. Y cuando finalmente logra la atención requerida, no hay especialistas ni medicamentos.

Por dos semanas consecutivas este diario intentó obtener una versión del Minsa respecto a las denuncias de los usuarios, pero nunca respondió a las solicitudes de información.

La Prensa pudo corroborar que en el cuarto de urgencias solo se atienden a los heridos con armas de fuego, sangrados vaginales o picadura de animales (ver listado completo en fotografía 02).
La administración del Minsa-Capsi ha hecho una nueva clasificación de lo que se considera una urgencia.

Cuando se trata de fiebres, en el salón de urgencias solo se recibe a menores de tres meses con temperaturas por arriba de los 38 grados centígrados.

Esto significa que la mayoría de los infantes con cuadros gripales fuertes, muy comunes en estos tiempos de época lluviosa, tienen que ir a otro lugar, comenta Yesica López, residente de Paso Blanco, en Las Garzas.

Además, el cuarto de urgencias opera condicionalmente hasta las 7:00 p.m. “De nada vale tener un centro médico tan bonito si por dentro está vacío, ni acetaminofén hay”, asegura Yulissa Gutiérrez, una usuaria que reclama mejor atención para su hijo.

Ibarbe continúa con su queja por lo que denomina un pésimo servicio. Su hija de 11 meses tiene fiebre producto de una infección gripal, pero su edad lo condenó a no ser atendido.

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