Las inconsistencias del Presidente
REDACCIÓN DE LA PRENSA
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CORTESÍA/Presidencia de la República
El diseño de lo que sería el hospital de Veraguas estuvo inspirado en un hospital italiano, dijo el Ministerio de Salud. ";s:6:
A su regreso al país, daba cuenta de que Italia donaría un hospital, que daría becas a más de 300 panameños y construiría una escuela. Todo se haría con la bendición de Berlusconi, a quien Martinelli bautizó como “la mano invisible” que favorecía a Panamá frente a los demás países europeos, y al que calificó como su “mentor político”.
Martinelli incluyó en su listado la edificación de cárceles a través de inversión italiana, hecho que quedó inmortalizado en un video de la Presidencia de la República en 2009 (www.presidencia.gob.pa/ver_nodo.php?cod=736), en el que el mandatario se muestra asertivo con el proyecto de la ciudad carcelaria, a pesar de que, en 2011, dice que nunca le interesó el proyecto.
En la cinta anuncia que Berlusconi visitaría Panamá en el marco de una reunión de los presidentes de la región en 2010. “...Y a la misma vez, una gran cantidad de empresas italianas va a venir con el presidente Berlusconi en la que van a participar en la construcción del Metro y en muchas otras obras, cárceles, por ejemplo también, en la República de Panamá, y de esta manera se va a incrementar una gran cantidad de empleomanía, producto de las obras que hará el Gobierno en licitaciones que van a ser a nivel mundial, y que van a participar empresas italianas y de todo el mundo”.
Dos años más tarde, se retractó. “Este proyecto no prosperó porque las cárceles eran muy caras”, dijo Martinelli en su momento y confirmó que había llamado a Giancarlo Curcio, embajador de Italia en Panamá, para informarle que “(el proyecto) no me interesaba”. ¿Qué dejó al país la estrecha relación que tenían el presidente Martinelli y Berlusconi?
'LOS VIAJES SÍ PAGAN'
El segundo viaje de Martinelli a Italia fue en agosto de 2011. Su salida secreta a la isla Cerdeña fue revelada por La Prensa el sábado 20 de agosto, lo que obligó a la Secretaría de Comunicación del Estado a confirmarla. Martinelli afirmó haberse reunido con Berlusconi para concretar el ofrecimiento de 25 millones de dólares para la construcción del hospital en Veraguas (ver facsímil).
Pero en el expediente de la investigación que por corrupción internacional adelanta la Fiscalía de Nápoles, en el que Valter Lavítola es el personaje principal, se afirma que Berlusconi no se reunió con Martinelli en ese viaje. “Tómate una foto, hermano. Escucha, tómate una foto allí donde... (incomprensible)... para poder mandar a tu periódico... o para subirla a tu sitio”, le dijo Lavítola a Martinelli. “Eso lo estamos haciendo”, respondió Martinelli, según la grabación en poder de la Fiscalía de Nápoles.
Lavítola es identificado por las autoridades judiciales de su país como la persona que se presentaba como intermediario del Presidente de Panamá y de sus autoridades para realizar “negociaciones ilícitas”, entre ellas, la construcción de cuatro cárceles. Este personaje llegó a Panamá el 29 de junio de 2010 con Berlusconi, quien participaría en la reunión del Sistema de Integración Centroamericana.
El 30 de junio, un día después de su arribo, Berlusconi y Martinelli firmaron un convenio de cooperación que sustentó los contratos con las empresas AgustaWestland, Selex y Telespazio –todas del grupo Finmeccanica– para la compra de helicópteros, radares y un mapa digital, por 250 millones de dólares.
Fue ese mismo 30 de junio, el día en el que Martinelli y Berlusconi develaron, en un acto en el Hospital Santo Tomás, la maqueta del supuesto hospital que se construiría en Veraguas y que costaría 22 millones de dólares. Anunciaron que la estructura sería financiada con los recursos propios de Berlusconi y no con los fondos del Estado italiano, como se había dicho un año antes.
Las empresas Impregilo, Ghella SPA, Astaldi y Enel estarían a cargo del proyecto. Martinelli hizo alarde de sus movidas en su discurso. Cuando presentó la maqueta, cuyo diseño responde a un hospital italiano, recalcó que “los viajes sí pagan”, refiriéndose a todo lo que supuestamente había logrado tras su primer encuentro con Berlusconi en 2009.
“Un gobernante de un país puede comprometer los recursos del Estado, pero en este caso el presidente Berlusconi lo ha hecho con sus recursos y allí está la diferencia...”, precisó el 30 de junio de 2010. Sin acordarse de la precisión con la que habló en esa ceremonia, el 28 de noviembre de 2011 Martinelli dijo a La Prensa que “el hospital pediátrico fue ofrecido en un viaje a Italia en 2009 como una donación del Gobierno, pero después creo que esto cambió a una donación personal de Silvio Berlusconi”.
Después de las vagas declaraciones, el 12 de diciembre de 2011 el Gobierno finalmente dio un paso atrás con la construcción del hospital. Ante el incumplimiento de Italia, reconoció Martinelli, el Gobierno construiría el hospital.
Pero no fue hasta el 29 de abril de este año que el ministro de Salud, Franklin Vergara, admitió que el hospital prometido por Berlusconi no se construiría y en su reemplazo el Gobierno ampliaría el proyecto del Luis Chicho Fábrega, que actualmente edifica la compañía española FCC y en donde se incluirá una sala de pediatría.
Este anexo implicaría una inversión de 10 millones de dólares, entre infraestructuras y equipos; es decir, 12 millones de dólares menos que lo proyectado en la inversión inicial.
CÁRCELES CASADAS CON HOSPITAL
El 9 de diciembre de 2011, tres días antes de que el Gobierno anunciara que la construcción del nuevo hospital de Veraguas había fracasado, el empresario Mauro Velocci manifestó que altos funcionarios panameños intentaron usar este proyecto como una moneda de cambio para continuar con las negociaciones de las cuatro cárceles modulares.
Las cárceles se ubicarían en Chiriquí, Veraguas, Panamá y Colón, y la construcción estaría a cargo de la empresa Svemark, cuyo presidente es el italiano Velocci, quien acusó directamente a la ministra de Gobierno, Roxana Méndez, de “presionarlo” en junio pasado para que comprara cuatro terrenos que en su conjunto valen casi $3 millones, para desarrollar la obra.
El italiano indicó que le “insistían” en que debía abonar una cuota inicial de $300 mil, correspondientes al 10% del valor total de los terrenos. Velocci dijo ser el responsable de desistir del contrato de las cárceles, a raíz de que el embajador de Italia en Panamá, Giancarlo María Curcio, le informó en una carta que para “reiniciar las conversaciones con el Gobierno de Panamá tenía que donar un hospital que se construiría en Veraguas”. Lavítola, detenido en Nápoles, reveló que el hospital no se construyó porque Berlusconi condicionó su donación a la adjudicación del Metro de Panamá a empresas italianas.
Quedó en evidencia, tras las investigaciones en Nápoles y la transcripción del expediente de investigación publicada por La Prensa, que el viaje secreto a isla Cerdeña, las cárceles y el hospital tienen una estrecha relación, pese a que la Presidencia ha intentado negarla. Una vez no cuajó una parte del negocio, todo se fue desmoronando como un castillo de naipes.
La inversión del hospital y la escuela no se concretó, mientras que las becas nunca se gestionaron y la relación entre funcionarios y empresarios de ambos países quedó bajo escrutinio internacional, luego de que el exdirector del diario italiano Avanti, Valter Lavítola, fuera acusado de corrupción y sobornos en Italia.
EL TEMA EDUCATIVO QUE NO PROSPERÓ
No solo la provincia de Veraguas se quedó esperando el hospital que donaría el Gobierno de Italia. Las becas para que estudiantes panameños aprendieran italiano, y turismo en la Universidad de Lucca, tal como lo prometió el presidente Martinelli en medio de una visita al país europeo en septiembre de 2009, es otra de las promesas que no se cumplió.
En la actualidad, la única beca que se ofrece en el Instituto para la Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos (Ifarhu) para Italia, es una pasantía de seis meses exclusivamente para estudiantes con título universitario en el área agro-alimenticio o zootécnico.
La misma está auspiciada por el Instituto Italiano Latinoaméricano (ILA) y la Dirección General para la Cooperación en el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia. “¿Hay alguna beca para aprender italiano?”, se le preguntó a una de las funcionarias de becas internacionales del Ifarhu, que atiende en el piso 17 de la institución que ahora se mudó a la Vía Brasil. “No hay y nunca la habido, no tenemos convenios con los países para estudiar idiomas”, contestó. La única opción, dijo, es a través de un préstamo del organismo educativo.
En la Embajada de Italia en Panamá se informó que tampoco hay becas para estudiar italiano en su país. Para saber en qué había quedado ese convenio de la Universidad de Lucca, se envió un cuestionario vía e-mail a la embajada, el miércoles de la semana pasada, pero no se recibió respuesta.
EL VIAJE A LUCCA
Martinelli llegó a Lucca, una pequeña ciudad de La Toscana, un domingo de mediados de septiembre de 2009. Lo esperó el alcalde, el prefecto de la comunidad y una banda de música. También estaban algunos de sus ancestros. “Hoy soy el hombre más feliz del mundo. Te prometo que en dos años hablaré un perfecto italiano”, dijo un Presidente emocionado mientras compartía besos y abrazos a todos.
El diario Il Giornale recogió la crónica del momento y le hizo una entrevista al mandatario panameño. “Creo que [Berlusconi] es el mejor Presidente que ha tenido Italia, junto a De Gasperi. En Panamá es muy querido. Para mí y para él es un poco el mismo discurso”, le dijo a la periodista que le realizó la entrevista.
“En el mundo hay dos presidentes con pasaporte italiano, yo y Berlusconi”, fue ese día cuando lanzó la frase que dos años después sería recordada en medio del escándalo internacional que lo salpica por sus nexos con Lavítola, hoy preso en Italia por presunta corrupción internacional.
La jornada en Lucca, de acuerdo a varios comunicados de la Secretaría de Comunicación de Panamá, le dio grandes frutos: le entregaron las llaves de la ciudad, y firmó un acuerdo educativo para becar a estudiantes panameños en estudios del idioma italiano y capacitarlos en el área del turismo. Nada de eso fue posible.
Desde el Ministerio de Educación informaron que tampoco manejan un programa de capacitación con Italia y que la escuela de la que habló Martinelli en 2009, como parte del paquete de cooperación, no se cristalizó. Ni las más sencillas pretensiones de aquel primer viaje en 2009 llegaron a un feliz término, como la visita del equipo de fútbol de Milán, que supuestamente jugaría con la selección panameña en nuestro país. También fue motivo de divulgación estatal el renombre turístico que le dejaría a Panamá la estrecha relación con Italia.
La visita presidencial de Martinelli a Italia dejó varios logros, decía un comunicado de la Presidencia con fecha del 14 de septiembre de 2009. Parte de la fructífera relación incluía la promoción de destinos turísticos panameños en las televisoras del país europeo.
Ciertamente en Italia se habla más que nunca de Panamá, pero de Lavítola como pieza clave en la firma de los contratos entre el país y la empresa italiana Finmecanica y de una red de supuestos sobornos a funcionarios panameño.
(Con información de Ana Graciela Méndez, Eliana Morales y Yolanda Sandoval)
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